Una buena parte de los planteles del país registran vicios de construcción como grietas, filtraciones y falta de mantenimiento.
SANTO DOMINGO.-La alta vulnerabilidad que registran las escuelas del país, y en especial las 300 ubicadas sobre fallas geológicas, fue atribuida a que la generalidad se diseña en gabinete, sin tomar en cuenta el tipo de terreno en el que será levantada.
Sin embargo, en cada lugar donde se vaya a construir un plantel debería contar con un estudio de suelo que arroje la frecuencia de vibración del mismo, y así asegurarse de que no entren en resonancia.
En esos planteamientos coincidieron los geólogos Javier Rodríguez, director del Observatorio Sismológico del Politécnico del Loyola en San Cristóbal, y Osiris de León, miembro de la Academia de Ciencias RD y ambientalista.
Consultados por separados sobre los riesgos de esas estructuras que albergan grandes poblaciones de estudiantes.
“El problema es que se construyen iguales sin saber a qué lugar van, incluso estando en una misma localidad se les debe hacer el estudio de rigor a cada área, ya sea perforar o hacer estudio de sísmica superficial para determinar la velocidad de corte del suelo en los primeros treinta metros que es importantísimo”, comentó Javier Rodríguez especialista en petrografía y mineralogía en Alemania, y miembro directivo de la Sociedad Dominicana de Geología.
Suelos flexibles
“El diseño casi nunca tiene la rigidez perimetral requerida para los suelos flexibles de zonas de alta sismicidad, como República Dominicana, ni su configuración estructural se corresponde con la mala respuesta sísmica de suelos arcillosos y arenosos dominantes en nuestros valles, por lo que el problema principal no es la cercanía a las fallas sísmicas que pueden generar roturas sísmicas moderadas, y sismos moderados”, externó el experto Osiris de León.
Dijo que excepto en la franja Jimaní-Duvergé-Barahona, donde existe una falla regional con poder sísmico devastador, las demás fallas del interior del país producen temblores moderados, nunca devastadores, lo que indica que el peligro de las escuelas no es la cercanía a las fallas, porque las más peligrosas están en el mar, excepto el caso de la falla de Enriquillo-Plantain Garden, en valle de Neiba.
“El caso es que las escuelas han sido mal diseñadas y mal construidas sobre los suelos flexibles del valle del Cibao central, del Cibao oriental y del Cibao occidental, al igual que sobre los suelos del valle de Neiba o de Enriquillo, sobre las arcillas de Santo Domingo Oeste, suelos que amplifican las ondas sísmicas y pueden destruir escuelas ubicadas a más de 100 kilómetros de distancia de la falla que genere un gran terremoto de magnitud superior a 7”, detalló Osiris de León.
De acuerdo con Javier Rodríguez ante terrenos blandos, las construcciones deben ser más rígidas.
Insistió en que se revelen los nombre de las escuelas y hospitales que registran daños y se están reforzando. “Hay un hospital que se esta construyendo con aislantes sísmicos en San Francisco de Macorís, que tendrá estructura sismo resistente, está pendiente el Hospital Cabral y Báez de Santiago”, añadió Rodríguez.
La responsabilidad de que las obras se hagan correctamente recae sobre el Ministerio de Viviendas.
Comparación
— Posibles sismos
Javier Rodríguez añadió que aquí en el país no esperan megaterremotos tan destructivos como los de Turquía. No obstante, no se descartan algunos similares a los ocurridos en Haití en 2010 de magnitud 7 y 2021 de 7.2.
Edificaciones en riesgo
Alerta. Además de poner en contexto el alto riesgo de las 300 escuelas de alto riesgo detectadas en el levantamiento de unas 1,200, así como de hospitales y monumentos, el director de la Oficina Nacional de Evaluación Sistémica y Vulnerabilidad de Infraestructuras y Edificaciones, Leonardo Reyes Madera, citó entre las edificaciones públicas que requieren ser reforzadas al Ministerio de Administración Pública, así como la instalación de la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana, en la Bolívar.
Igual recomendó al Gobierno adquirir construcciones paralizadas por décadas y demolerlas como el hotel que esta frente a la playa de Güibia, la Torre Plata en Los Cacicazgos (al lado del Dominican Fiesta) y la torre de la Anacaona con Luperón; porque resultarían riesgosas ante la ocurrencia de un sismo, por el deterioro que registran.