El triunfalismo extemporáneo de la facción leonelista está fundamentado en premisas endebles, como creer que arrasarían a cualquier otro aspirante del PLD y el silencio de Danilo Medina.
Han fomentado una falsa crisis dizque defendiendo la Constitución, con complicidad de la oposición, pues el terror de ambos sería tener que vencer a Danilo en unas primarias, los leonelistas, o tener que vencerlo en unas elecciones, los del PRM y demás.
Esa defensa constitucional espuria se ocupa exclusivamente de la disposición transitoria que impide a Medina, y a ningún otro, ni siquiera a Leonel Fernández que ya lleva tres presidencias, concurrir como candidato en 2020.
La revocación mediante modificación constitucional sería perfectamente legal según dispone la propia Constitución y estaría acorde a la tradición política dominicana, que incluye 39 modificaciones anteriores. Lo que más enreda la situación política es el silencio de Danilo.
Tanta prudencia ha confundido a algunos, mientras otros la celebran equivocadamente. Por cada legítimo motivo contrario hay muchos otros mejores a favor de una reelección. Danilo debe hablar pronto.