Cualquier que tuviera el impedimento constitucional que tiene el expresidente Danilo Medina prefiriría quedarse en su casa y dedicarle todo el tiempo a la familia.
Es decir, Medina no puede optar por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana por una prohibición constitucional, pero ha dejado bien claro que se mantendrá en accionar interno de su partido para que retorne al poder en los comicios de 2024.
Desde este domingo el exmandatario ha decidido recorrer el país en actividades proselitistas internas para juramentar a los ciudadanos interesados en ingresar en las filas del PLD, como lo hizo en San Cristóbal con el ingreso de más de 2,900 personas.
Aunque no será una figura determinante como ocurrió en los comicios de 2012 y posteriores procesos electorales, Medina está convencido de que el PLD cuenta con las herramientas y la experiencia vitales para recuperar el poder.
Como muchos, el exjefe del Estado está claro en que lo vital ahora y después de la escogencia del candidato presidencial es que los peledeístas mantengan la unidad y se lancen a las calles a recuperar la confianza de la población, sin importar que existan planes para destruir a esa organización.
“Estoy listo para recorrer el país”, proclamó en la juramentación de ayer de San Cristóbal, pero ha aclarado que jugará un rol de mediador para garantizar y fortalecer la unidad necesaria para el país, en vista de que, al igual que los demás miembros del Comité Político del PLD, será un ente de armonía y que no expresarán ninguna simpatía por ninguno de los precandidatos Francisco Domínguez Brito, Abel Martínez, Margarita Cedeño y Maritza Hernández, además de otros que pudieran surgir en el camino.
Quizás Danilo Medina ha asimilado el error cometido en el pasado proceso interno de octubre de 2019, cuando toda la balanza del Estado fue puesta al servicio de Gonzalo Castillo para que fuera, como finalmente ocurrió, el candidato presidencial en los comicios de 2020. Ese error no puede cometerse para el año 2024.