Santo Domingo.-El presidente Danilo Medina pidió ayer a la población dominicana que empiece a tomar en cuenta los valores humanos, a respetar la vida y a buscar de Dios cuando se vean abrumados por algún problema.
Indicó que “por cualquier tontería la gente quiere apelar a la violencia”, en referencia al asesinato del alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos; de su guardaespaldas “Archie” de Jesús, y del matador Luis Esmerlin Féliz, quien se suicidó.
A continuación el texto íntegro:
“Quiero expresar la consternación que está viviendo el país por este hecho absurdo e injustificable, que ha enlutado a tres familias.
A nuestro querido Juan de los Santos, un hombre que dedicó su vida a servir, yo tengo 17 años que lo conoz y la verdad es que había conocido pocas personas tan desprendida y solidarias como “Juancito”.
Era un hombre que se entregó totalmente a servir a su comunidad. Los que le daban seguimiento por las redes sociales se daban cuenta de la preocupación que tenía con la solución de los problemas que aquejaban la zona en que vivía.
Para nosotros es una pérdida irreparable y además un hecho que no esperábamos, por lo absurdo y la forma tan injustificable en que ha ocurrido.
Quiero aprovechar la oportunidad que tenemos aquí para hacer un llamado a la sociedad dominicana.
Hay personas que creen que cuando tienen un problema se les cierran todas las puertas y que la vida termina en ese momento.
Cuando la gente se sienta abrumada, que pueda entender que las puertas y las ventanas de su vida se han cerrado, que acuda a Dios, que vaya a una iglesia y que le pida a Dios orientación, porque la vida no termina con los primeros tropiezos que se le presentan. Los momentos de crisis son grandes oportunidades que tiene el ser humano para relanzar su vida.
La gente tiene que pensar en el daño que les hace a los demás. Estamos en un momento en que los valores humanos no están siendo tomados en cuenta. Es como si no se sintiera ningún compromiso por el valor de la vida. Por cualquier tontería la gente quiere apelar a la violencia y eliminar vidas.
Qué le queda a la familia de Juan de los Santos, a sus niños a su esposa; qué le queda al sargento que murió, a su esposa, a sus hijos.
El mismo matador, que está dejando cinco hijos en la orfandad, incluso me dicen que una esposa embarazada, qué le está dejando a esa señora, cuál es el camino que le está dejando para que puedan seguir viviendo.
Yo les pido a ustedes que sean portavoces, que hablemos de paz, que la gente pueda entender que los problemas no se terminan con un episodio de la vida.
Hay caídas, y la gente tiene que aprender a levantarse.
Cuando usted se sienta abrumado, que sienta que sus caminos se han cerrado, entonces retírese y pida a Dios, solo, en una habitación, en una iglesia, en donde sea, acuda a Dios que le dé nuevos caminos para que pueda avanzar. Pero por favor empecemos a respetar la vida.
Porque no es solamente la persona que se llevan, quien pierde, sino también los que están dejando detrás y la sensación de impotencia ante el ciudadano que siente que por cualquier tontería puede perder su vida ante personas que ni siquiera conocen.
Esta misma persona, una persona allegada a Juan de los Santos, que lo que hizo fue hacerle muchos servicios en toda su vida.
¿Cómo podía pensar Juan que esta persona, que estaba ligado a su familia, le podía quitar la vida?”.