David Alvarez
En Estados Unidos muchos periódicos editorializan de cara a las elecciones su respaldo a candidaturas específicas. La democracia madura implica esa transparencia. Aquí todavía el secretismo y la apelación a la “neutralidad” lleva a muchos comunicadores comprometidos con tal o cual candidato a representar una farsa que nadie se la cree.
Es herencia de la dictadura, que inculcó en nuestra sociedad la doble faz como hábito para sobrevivir.
Mi voto presidencial será por Danilo Medina en la boleta del PLD. Danilo es de las mejores cosas que le han pasado a este país, con yerros y lentitudes, porque no es un dios al que se escoge, pero con un gran acierto en las políticas económicas y sociales, destacándose el área educativa y el desarrollo de pequeñas y medianas empresas.
Nuestro país está en un proceso de franco desarrollo gracias a muchas de las medidas que han tomado los 4 gobiernos del PLD y cuando se les compara con el cuatrienio 2000-2004, y su malograda gestión, es comprensible el respaldo que los candidatos presidenciales del PLD han recibido del pueblo dominicano.
Pero la inmensa popularidad del presidente Medina trasciende ese hecho, ya que su actual gestión ha calado hondo en la calidad de vida de centenares de miles de dominicanas y dominicanos con sus conocidas visitas sorpresas.
Su condición de estadista armoniza con acierto las medidas macro-económicas con las micro-económicas, tocando de cerca la realidad de los más pobres. Es un don poco común en un líder político. Por eso es esperanzadora su segura segunda gestión.
