MÓNACO.-Fórmula Uno. Daniel Ricciardo, de Red Bull, mantuvo la calma cuando la victoria amenazaba con escapársele nuevamente, y se repuso a una importante pérdida de potencia a mitad de la carrera para ganar ayer el Gran Premio de Mónaco desde la pole.
Después de tomar champaña en su sudoroso zapato – como le gusta hacerlo – era momento de refrescarse.
El australiano se lanzó a la piscina ubicada en el techo del tráiler de Red Bull en la espectacular bahía de Mónaco.
Conocido por su capacidad de ataque y sus precisos rebases, Ricciardo mostró ayer su potencial defensivo al mantener a raya a Sebastian Vettel, de Ferrari, a pesar de perder alrededor del 25 % de la potencia.
Vettel se acercó a un segundo de Ricciardo con más de media carrera por delante. Parecía un hecho que el alemán lo rebasaría eventualmente, pero Ricciardo resistió para el séptimo triunfo de su carrera.
A pesar que el circuito callejero de 3,34 kilómetros (2,1 millas) es angosto y reconocido por la dificultad de rebasar, el australiano mostró una conducción impecable dado las condiciones de su motor.
“Me pasó de todo en esta carrera, intentando averiguar qué es lo que sucedía», dijo Ricciardo, quien fue el más veloz durante las tres sesiones de práctica y la clasificación. “Posiblemente sea el mejor fin de semana de mi carrera”.