Dani Alves fue trasladado este lunes al centro penitenciario de Brians 2 «por seguridad», confirmaron a ESPN fuentes de la Consejería de Justicia de la Generalitat de Catalunya, cumpliendo la decisión que tomaron el domingo los responsables de la prisión horas después de que fuera encarcelado en Brians 1, donde pasó las primeras tres noches en una celda provisional individual del módulo de entrada a la espera de que se le asignase una definitiva.
El futbolista brasileño, que ha solicitado volver a declarar ante la jueza Anna Marín, sustituta de la titular del Juzgado Nº 15 Concepción Cantón, ya ha entrado, a través de sus familiares, en contacto con un buffete de abogados especialistas en derecho penal para cambiar de estrategia y conseguir su salida de prisión hasta la celebración del juicio, una circunstancia, sin embargo, que se considera «poco probable» , según relató una fuente de los Mossos d’Esquadra, a la vista de las evidencias que existen en su contra en la investigación. Su nueva comparecencia ante la magistrada podría, en el mejor de los casos, producirse a lo largo de esta semana aunque no estaría confirmada.
Desde la Consejería de Justicia de la Generalitat de Catalunya se explicó que el traslado se llevó a cabo «para garantizar la seguridad y la normal convivencia en un módulo residencial», expresando que la determinación no es debida a la personalidad del interno y que se actuó tal y como se habría hecho con otro apresado sin tener tampoco en cuenta la razón de su encarcelamiento.
El traslado de Alves lo decidieron los responsables del centro penitenciario para garantizar también una mayor intimidad que no existe habitualmente en Brians 1, donde están recluídos los presos preventivos, algunos de los cuales, como en su caso, pasan a Brians 2. Allí el ex futbolista del Barcelona dispondrá de una celda individual, con ducha, un dato destacable puesto que de esta manera se evita que acuda a duchas comunitarias y mantenga el menor contacto con otros reclusos que, atendiendo a su enorme popularidad, pudieran hacer público su día a día o, incluso, fotografiarle.
De momento el futbolista brasileño fue instalado en el departamento de ingresos hasta decidirse en qué modulo es definitivamente alojado, lo que debe decidirse durante esta misma semana. Su nuevo destino se determinará en base a esos detalles, pero «sin ninguna preferencia ni trato de favor especial» aclaró la fuente consultada, reconociendo la «sorpresa» que causó la sensación de desamparo con que llegó Alves a la prisión el viernes por la tarde.
Conducido por un automóvil de la policía catalana desde la Ciudad de la Justicia, a su llegada a Brians el jugador no era esperado ni fue acompañado hasta la puerta de ingreso por su abogada, tal y como sucede siempre con detenidos de cierta repercusión.
Detenido por los Mossos a primera hora de la mañana del viernes Alves descubrió por sorpresa que el caso por el que se le detenía era mucho más grave de lo que le había relatado su abogada. Trasladado a la Ciudad de la Justicia ya a solas, allí fue ingresado en un calabozo hasta que prestó declaración ante la Juez Anna Marín, cambiando, afirmaron fuentes judiciales, hasta tres veces de versión, contradiciéndose entre ellas y hasta quedando en evidencia cuando contestó a la magistrada que sus ingresos mensuales en Pumas eran de unos 30 mil euros y la propia juez le confirmó, con documentos, que estos eran de 300 mil.
