Es pésima la seguramente inconsulta defensa de Leonel por Almeyda insultando a don Hipólito por preguntar algo que muchos quisieran saber.
Sería excelente si políticos que fueron presidentes o funcionarios crearan fundaciones para promover el diálogo crítico, los altos estudios, otorgar becas, fomentar el conocimiento, publicar obras relevantes, crear una excelente biblioteca abierta al público, premiar escritores y periodistas, divulgar la cultura dominicana y similares tareas.
Es claro que no todos los políticos poseen igual capacidad para la conceptualización y algunos prefieren asuntos rupestres o más simples, como Mejía sembrar mangos o Almeyda insultar.
Funglode, con dos fructíferas décadas como entidad sin fines de lucro, establecida legalmente, posee estados financieros auditados y opera con mayor transparencia que cualquier partido o sus “centros de estudios” o “formación política”.
Es un derecho legítimo de ciudadanos y políticos preguntarse cómo financia Funglode tantas exitosas actividades, pero quedaría más bonita esa curiosidad acompañada de la propia rendición de cuentas, por ejemplo del Instituto Peña Gómez, cuyos frutos son más secretos que sus estados. ¡Cuánto gadejo!