Bali, ‘la isla de los dioses’, ‘la perla de Indonesia’, una de las 17,508 islas que componen este importante país del sudeste Asiático, fue sede de la “17 Cumbre del G-20”, los días 15 y 16 de este mes de noviembre, y además, lugar donde se reunieron, por primera vez, ya como presidentes los dos de sus países, Xi Jinping de China y Joe Biden de EE. UU. Desde mi humilde punto de vista, se trata de un acontecimiento trascendental, por lo determinantes que son hoy, esos dos gigantes, para la paz, el desarrollo y estabilidad en el planeta.
La de EE. UU. y China es la relación bilateral más importante del mundo de hoy. Históricamente estas relaciones han sido armónicas, aunque con dificultades esporádicas, por razones diversas: la economía, la geopolítica, han sido las principales causas.
Entre estos países existe una gran interdependencia, se necesitan más que otras dos economías del mundo y además son líderes globales, en un mundo multipolar, donde Europa, (unida o desunida), Rusia, los países árabes, América Latina, África, también tienen y tendrán su espacio.
Esa interdependencia vital y ese liderazgo compartido debe llamar a la reflexión del liderazgo de estos países y lo está haciendo, por eso felicito esta Cumbre Xi-Biden realizada el pasado lunes 14.
El ascenso de China en todos los aspectos, que aunque pacífica, ha generado una creciente rivalidad con EE. UU., que se ha recrudecido en los últimos años, con guerra comercial, que todavía sea mantiene y algunas diferencias con respecto a la provincia china de Taiwan, por eso el mundo ha visto con buenos ojos los mensajes conciliadores tras una reunión de tres horas en Bali, entre los presidentes Biden y Xi, sobre todos para fijar los límites de su rivalidad y evitar una nueva guerra fría o un conflicto que afecte a la humanidad.
El primero en intervenir fue Biden, quien expresó su deseo de mantener abiertas las líneas de comunicación entre China y EE. UU., señaló la necesidad de trabajar juntos para enfrentar la problemas globales y reiteró la posición de EE. UU. con respecto al “Principio de una sola China”.
Por su parte Xi Jinping, dijo que el mundo se halla en una encrucijada, por lo que espera que su país y EE. UU., manejen de forma adecuada sus relaciones. Dentro de las posiciones ante Biden, desde mi punto de vista, como estudioso de las relaciones internacionales y de manera especial de China, el siguiente punto es el más importante: China se compromete con una política exterior independiente y de paz, resolución pacífica de disputas a través del diálogo y la consulta, salvaguardar el sistema internacional con la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su núcleo y el orden internacional basado en el derecho internacional, y construir una comunidad de futuro compartido de la humanidad.
Con esta Cumbre entre los líderes de China y EE. UU., se inaugura una nueva etapa en sus relaciones, esperamos que en lo adelante se profundicen los lazos de amistad y cooperación, que estoy seguro será positivo para ellos y para toda la humanidad. Adelante.