En pocos días despediremos el presente año, dándole la bienvenido al 2022. Este año postinicios de la pandemia del Covid-19 y sus diferentes variantes, no ha sido en lo económico tan malo como hubiésemos esperado a principios de este. Y ello ha sido así gracias a la oportuna y efectiva campaña inicial de vacunación que ha logrado inocular al 65% de la población, pero que parece que se acomodó y estancó.

Puerto Rico, nuestra isla vecina y mayor competidor turístico, lleva más del 80% de la población con dos dosis o más.

La mala fortuna de unos se convierte en la buena para otros. Es así como el estancamiento logístico global ha favorecido nuestras zonas francas, uno de los pilares de la actual recuperación económica, beneficiada con la reanudación de la demanda y la cercanía geográfica a sus mercados principales.

Este sector aporta más de 275 mil empleos, representando el 10% de la Inversión Extranjera Directa (IED) y casi US$6,000 millones en exportaciones.

Otro elemento fundamental en el actual proceso de recuperación económica son las remesas provenientes de los dominicanos residentes en el exterior.

Según el Banco Central, entre enero y noviembre de 2021, las remesas alcanzaron los US$9,461 millones, monto superior en US$2,114 millones al alcanzado en el mismo periodo de 2020, registrando un 28.8 % de crecimiento interanual y sobrepasando en 47.1 % al mismo periodo de 2019, año previo a la pandemia.

Finalmente, otro factor importante en la recuperación económica ha sido el turismo. Gracias a la oportuna campaña de vacunación y el atraso con lo cual otros mercados emprendieron sus jornadas, el país ha superado el número de visitantes registrados en el 2019 con sus mejores registros históricos.

El crecimiento pronosticado de un 11% del PIB para el presente año y de más de un 5% para el próximo, sumado a la confianza de las calificadoras de riesgo crediticio, presagian un venturoso año nuevo.

Pero cuidemos el 2022, sin sobreexcesos de confianza ni descuidos con respecto a nuevas oleadas de la pandemia que aún continúa. Afrontemos el año venidero con mesura y austeridad pública y privada, para que así se cumplan los buenos augurios.