En los últimos días, los diversos medios de comunicación social se han hecho eco de la existencia en el país de tecnologías que permiten “pinchar” los teléfonos o escuchar las conversaciones que se realizan por dichos dispositivos.
La mencionada denuncia ha causado un gran revuelo y puesto en evidencia uno de los tantos peligros que se producen por la digitalización extrema de nuestras vidas.
Es por eso que se debe establecer con urgencia alguna especie de plan nacional de capacitación ciudadana en ciberseguridad que tenga como objetivo principal concientizar a la ciudadanía sobre las maneras de protegerse de las amenazas presentes en el mundo electrónico y digital. Uno de los sectores de la población más vulnerables son nuestros hijos por estar más expuestos o vulnerables a los peligros en el ciberespacio.
Un componente fundamental que debe tener un programa como ese es la obligatoriedad de incluir la ciberseguridad como materia de estudio en todos los centros educativos del país.
Los niños, niñas y jóvenes deben conocer los diferentes escenarios de peligro y aprender las mejores prácticas utilizadas para protegerse de cualquier amenaza. Dicha formación debe ir de lo básico, como por ejemplo la elaboración de una contraseña segura, hasta lo más avanzado, como saber configurar bien las redes sociales, correos electrónicos y plataformas, para evitar las diferentes formas de ataque y hackeo.
Sin embargo, la educación no solo debe ser dirigida a los que hacen uso intensivo de las tecnologías digitales. También deben ser incluidos todos los adultos, que con hijos o no, deben también aprender las tácticas de protección contra las personas que intentan hacernos daño o robarnos lo nuestro.
Los padres deben aprender todo lo necesario para protegerse y cuidar a sus hijos, pero también deben aplicar dichos aprendizajes a su cotidiana vida digital. La construcción de un mundo digital más seguro, debe ser un compromiso de todos.