Una de las luchas constantes del movimiento deportivo ha sido por que se construyan obras, bajo el alegato cierto de que sin las mismas no se puede lograr un desarrollo integral.
Gran parte de esas demandas han sido atendidas por los gobiernos, pero las comunidades favorecidas no han mostrado disposición ni capacidad para mantenerlas en condiciones.
Esos casos penosos los palpamos en todas las provincias, en especial en las que se han realizado Juegos Nacionales, donde por irresponsabilidad de las autoridades y de los propios dirigentes costosas instalaciones se han deteriorado a la vista de todos.
¡Cuánta incompetencia e insensatez!
Sin embargo, esa irresponsabilidad y falta de visión no pueden continuar, por lo que hay que hacer un vehemente llamado, un grito de alarma, para que se tomen las medidas pertinentes ante el paso del huracán Irma, con el objetivo de que esas edificaciones no sufran por el embate del viento y las lluvias que se espera en gran parte del territorio nacional.
Ese sería un excelente aporte que se haría a las indefensas, desprotegida y desamparadas instalaciones deportivas.
No se puede continuar con la filosofía de hacerse los “chivos locos”, porque es hora de asumir responsabilidades.
¡Manos a la obra!