Una de las conquistas más importantes de nuestra sociedad en los últimos veinte y cinco años ha sido el actual régimen de seguridad social al amparo de la Ley núm. 87-01.
Con dicha ley se creó el sistema de pensión de capitalización individual y un régimen de salud contributivo. Esto asegura el cumplimiento de los servicios previstos sin importar que un gobierno tenga un déficit fiscal o no, puesto que el ahorro en cada cuenta es propiedad del aportante, no del Estado.
Luego de más de dos décadas, las experiencias y realidades imperantes y futuras alientan a una revisión. Este proceso no sólo permite evaluar los conquistas en relación con lo que existía anteriormente, sino también facilita un proceso de introducir mejoras.
En cuanto a la salud, las mejoras son más álgidas, ya que el sistema actual está muy incompleto tanto en alcance como en cobertura.
La falta de instauración por parte del estado de un sistema de atención primario dificulta su implementación. Además, se requieren mejores coberturas, más comprensivas, y las puesta en marcha de programas de prevención.
Por su lado las pensiones presentan un panorama más facial, ya que la famosa tasa de remplazo que define en gran parte una pensión digna es el resultado de un cálculo matemático inequívoco.
La pensión es el resultante del aporte (que deberá llegar a un mínimo del 15 % del ingreso) por la cantidad de aportes (mínimo 360) por la tasa de rendimiento de las inversiones por parte del administrador.
Las mejoras de las pensiones van por la vía matemática y la inclusión de elementos faltantes. Entre estos faltantes está el bono de reconocimiento que el Estado ha incumplido, la implementación de un seguro de salud pospensión y el ajuste por edad del futuro pensionado.
Estas son razones para usted cuidar su pensión, no permitiendo que intereses políticos, populistas o clientelares alteren la propiedad de su ahorro o su forma de acumulación bajo el pretexto de mejoras sin sentido. Cuide su conquista, infórmese y no se deje manipular, que el pensionado será usted, no el político privilegiado.