Las uvas en Nochevieja, símbolo de la celebración del nuevo año, pueden suponer un riesgo tanto para los niños más pequeños como para los mayores de 65 años.
Debido a su tamaño y textura, las uvas representan un peligro de atragantamiento, por lo que se recomienda cortarlas y evitar ofrecer otros alimentos duros que puedan obstruir las vías respiratorias.
¿Sabías que las uvas enteras pueden suponer un riesgo para los niños menores de cinco años y los mayores de 65? Si quieres cuidar a tus seres queridos y disfrutar de una Nochevieja segura evita que las coman.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cueñlo (SEORL-CCC) advierte de que estos grupos de edad no deben comer las uvas por el riesgo de atragantamiento o asfixia.
Además, los pediatras añaden que durante la Navidad, una de las épocas más esperadas del año, las familias deben extremar la supervisión y las precauciones ante el riesgo de atragantamiento que algunos alimentos, a parte de las uvas, y objetos pueden representar para los niños pequeños.
El Comité de Soporte Vital (CSV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ofrece recomendaciones para prevenir estos accidentes, además de aclarar los mitos más comunes sobre qué hacer en caso de que un niño sufra una obstrucción de las vías respiratorias.
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El atragantamiento es prevenible si se toman medidas adecuadas, especialmente en estas fechas, “en las que los niños están expuestos a alimentos como uvas, frutos secos o caramelos duros, y a juguetes con piezas pequeñas”, señala el doctor Ignacio Manrique, coordinador del Comité de Soporte Vital de la AEP.
¿Por qué son un peligro?
Los otorrinolaringólogos explican que debido al tamaño, piel resbaladiza y jugo del interior, las uvas pueden ser tragadas sin masticar y provocar un taponamiento de las vías aéreas impidiendo a los mayores y niños respirar.
Por este motivo, recomiendan, además que nos las ingieran menores de cinco años, que cuando se les ofrezcan uvas a los niños mayores sean sin pepitas, ni piel y partidas en trozos, evitando cortarlas en rodajas.
No sirven sustitutos
Por otra parte, se aconseja no dar frutos secos, ni grageas de chocolate, ni caramelos duros ni palomitas de maíz a los menores de cinco años porque los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias.
Si se van a ofrecer frutos secos, únicamente deben ser molidos.
Además, los pediatras mencionan que las salchichas y el jamón serrano también puede ser un alimento peligroso para los menores.
Recomiendan ofrecer estas comidas en trozos pequeños y longitudinales, nunca en rodajas, para minimizar el riesgo de que se alojen en la tráquea.
No sólo son peligrosos los alimentos
Los pediatras también recomiendan evitar que los niños coman mientras juegan, hablen o rían, hábitos que aumentan la posibilidad de atragantamiento.
Además, estas fechas traen consigo juguetes que pueden ser peligrosos para los más pequeños.
Desde la AEP aconsejan adquirir juguetes adecuados para la edad del niño, evitando piezas desmontables o pilas de botón, supervisar a los menores durante el juego, especialmente si hay niños de diferentes edades y prestar atención a los globos que pueden causar obstrucciones severas si se aspiran mientas se inflan o tras romperse.
Pautas para actuar ante un atragantamiento
Según la situación, los pediatras del CSV destacan cuáles son las maniobras esenciales con los niños:
- Niño consciente con tos efectiva: no intervenir (no dar golpes en la espalda). La tos es el mecanismo natural para expulsar el objeto.
- Niño consciente con tos inefectiva o dificultad respiratoria: en primer lugar, se pedirá ayuda a las personas del entorno o al 112. Mirar la boca y extraer el cuerpo extraño si está accesible y luego se realizarán 5 golpes en la espalda (interescapulares) seguidos de 5 compresiones abdominales (maniobra de Heimlich) en mayores de un año. En menores de un año también se empezará con 5 golpes en la espalda (interescapulares) y luego 5 compresiones torácicas.
Repetir todos estos pasos hasta que respire bien, expulse el objeto o hasta que empeore y pierda el conocimiento.
- Niño inconsciente: iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y contactar inmediatamente con el servicio de emergencias (112).
Incluso si el objeto es expulsado, se debe acudir al hospital para descartar posibles lesiones o complicaciones.
Mitos del atragantamiento
Los expertos de la AEP aclaran algunos mitos que ocasionan errores en la actuación ante un atragantamiento:
- Meter el dedo en la boca ayuda a sacar el objeto: Falso. Puede empujar el objeto más profundamente y causar lesiones. Solo hacerlo si el objeto es visible, nunca a ciegas.
- Soplar en la cara del niño lo ayudará: No tiene base científica y puede asustar al niño.
- Un atragantamiento solo ocurre al comer: Falso. También puede suceder al jugar con objetos pequeños.
- Levantar al niño por los pies ayuda a que el cuerpo extraño salga de la vía aérea: Esta práctica es ineficaz y peligrosa.
Aún más riesgo en los mayores
En el caso de los mayores de 65 años y los pacientes con disfagia, los otorrinolaringólogos explican que las uvas también pueden ser peligrosas.
La incidencia de asfixia es siete veces mayor en personas de la tercera edad que en niños de 1 a 4 años, según una revisión publicada en la revista Geriatrics.
Además, la disfagia es un trastorno de la deglución que afecta a más de 2,5 millones de españoles, de los que el 90 % están sin diagnosticar.
Aunque afecta a personas de cualquier edad, es más frecuente a partir de los 65 años, cuando afecta a casi un tercio de la población mayor.