¡Cuidadito!

Hay muchas contradicciones acerca de la real necesidad de mejorar los salarios mínimos. Una causa de la enorme cantidad de negocios informales es el altísimo costo de crear empleos, que supera el dinero recibido por el trabajador.

También hay demasiadas escalas salariales y una sectorización burocrática que no ayuda a combatir la desocupación ni las irregularidades impunes en la contratación de haitianos o empleados informales. Por eso sorprende que el Gobierno anuncie que propondrá sólo para empleos no sectorizados un aumento este año de “no menos de 20 %”.

La desproporción restará competitividad a la industria, fundamento de nuestra resiliencia. Pocos días atrás el Gobierno dijo que el poder adquisitivo mejoró 8 % en 2024 y que de 2020 a 2024 el salario promedio subió más de 15 %.

¿Es posible o justo aumentar el salario «no menos de 20 %» sólo en empresas formales con los sueldos más altos, mientras las informales y otros sectores pagan mucho menos del mínimo, sin costos adicionales ni beneficios laborales? Imponer 20 % de aumento en industrias, pilares de resiliencia económica del país, aumentará la brecha entre salarios mínimos e informales versus empresas cumplidoras de obligaciones fiscales y su responsabilidad social. Desincentivará la regularización y bancarización.

Mejorar nominalmente los salarios mínimos a expensas del descalabro significa castigar a quienes mejor y más pagan, mientras otros sectores seguirán con salarios de miseria, ilegalidad e informalidad impunes. ¡Cuidemos la paz social y el equilibrio indispensable para seguir creciendo!