Las redes sociales, plataformas digitales que intercomunican globalmente a sus usuarios, han revolucionado más que Gutenberg.
En junio pasado, Facebook reunía más de 2,000,000,000 de conectados activos (sus ingresos en 2016 fueron casi US$27.64 mil millones). Una consecuencia es la interacción entre muchísima clase de “amigos” en FB que quizás nunca se han visto.
Igualito que cuando se interactúa cara a cara en algún salón, FB posee reglas de etiqueta o cortesía que revelan la educación y talante de cada cual. Salir diariamente en televisión y la prensa significa que a veces mi FB atrae toda clase de sandeces, estupideces y hasta oprobios, por gente de pugnacidad vulgar como notorios “opinadores” en ciertos albañales digitales.
¿Cómo se les ocurre usar un muro ajeno para comportarse como boxeadores tramposos o haciendo de toro en San Fermín? ¡Foutre! Me encanta dialogar con lectores y responder cualquier pregunta, pero no que se metan en mi propia casa virtual para insultar u ofender al dueño y otros. ¡Cada cucaracha que busque su propio cesto!