LA HABANA, Cuba. — Cientos de cubanos marcharon este sábado por las calles de la capital al ritmo de congas, algunos adornados con pelucas y portando carteles para expresar su apoyo a la lucha contra la homofobia y la discriminación por orientación sexual.
La manifestación recorrió desde el Malecón habanero hasta un pabellón de convenciones que se encuentra a varias cuadras encabezada por Mariela Castro, directora del Centro de Educación Sexual (Cenesex) e hija del presidente Raúl Castro.
El Cenesex apoya las jornadas por la diversidad sexual que culminarán con una gran gala el próximo 17 de mayo, cuando en todo el mundo se festeja como Día Internacional de Lucha contra la Homofobia.
Mientras tanto se desarrollarán conversatorios, paneles de debate, se entregarán condones a la población para enviar un mensaje de cuidado en la sexualidad y se llevarán a cabo ciclos de cine.
«La sociedad cubana avanza en esta lucha» contra la homofobia, dijo Castro luego del desfile, «aunque enfrentamos resistencia de personas que no entienden la naturaleza inclusiva del proceso revolucionario cubano».
Si bien en Cuba se desarrollaron acciones concretas en los últimos años en materia de respeto a los derechos de los homosexuales y transexuales —al punto que la isla incorporó las operaciones de resignación de género a su esquema de seguridad social gratuita y un nuevo código laboral hace explícita su prohibición de discriminación— Castro aseguró que es necesaria una mayor concientización de las personas, sobre todo en las familias, para que se vuelvan espacios más tolerantes.
Castro, quien también es diputada, promociona un nuevo código legal que permita legitimar de alguna manera las uniones entre personas del mismo sexo.
Entre quienes asistieron a la manifestación había muchas parejas tomadas de la mano, gente de todas las edades y algunas con carteles artesanales apoyando la causa de la tolerancia y el respeto a la diversidad de las personas.
«Quiero una sociedad que me acepte como soy: solidario, humano, creativo y homosexual», dijo a la AP, Jesús Torres de 43 años, un ingeniero que trabaja en el sector de la salud y que viajó desde Matanzas para participar en el desfile.