LA HABANA, Cuba.— Las tres vacunas de producción cubana contra el nuevo coronavirus serán presentadas a la Organización Mundial de la Salud para su calificación en un proceso que comenzará con un encuentro de expertos la semana que viene.
“Hoy tuve una reunión con el presidente de BioCubafarma, el Instituto Finlay de vacunas y el CIGB (Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología) y se va a iniciar el proceso a solicitud del país”, dijo a The Associated Press el representante en la isla de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS), José Moya.
El encuentro será virtual entre especialistas desde La Habana, Ginebra y Washington para compartir información inicial, coordinar documentación y establecer cronogramas. “Es una buena noticia”, manifestó al indicar que luego se establecerá un equipo de trabajo para revisar los resultados de los ensayos de las vacunas cubanas, los procesos de producción y la calidad.
Cuba es la única nación latinoamericana que desarrolló y produce vacunas propias contra COVID-19 y se encuentra en una campaña masiva para inmunizar con ellas a los adultos.
“A partir de que hemos recibido el autorizo de uso de emergencia de 3 vacunas contra la (hash)COVID19 por la autoridad regulatoria cubana… tenemos previsto comenzar intercambios con la OMS para su reconocimiento”, escribió por su parte el jueves Eduardo Martínez, presidente de BioCubafarma, el conglomerado estatal que produce medicamentos en el país.
La empresa desmintió comentarios de prensa en Estados Unidos que afirmaban que la entidad internacional había negado el visto bueno a Soberana 02, Soberana Plus y Abdala, los tres inoculantes desarrollados por Cuba, pues el proceso para ello está por comenzar.
Mientras, una de las directivas de CIGB, Marta Ayala, indicó en su cuenta de Twitter que había una larga lista de “experiencias positivas de intercambio con la OMS para la certificación de las vacunas” como la de hepatitis y algunos tipos de influenza.
El jueves la Dirección Nacional de Epidemiología informó que se registran 665. 672 casos acumulados y 6.000 fallecidos desde el inicio de la pandemia. Las autoridades cubanas indicaron además que el 5 de septiembre comenzarán a vacunar masivamente —escalonados por edades— a los menores de 18 años para normalizar la presencialidad en las clases, que debían comenzar en las aulas el 1 de septiembre, pero arrancarán el lunes mediante televisión pública.
Cuba registró un leve descenso de los casos esta semana luego de un repunte en los últimos meses con miles de contagios diarios y el sistema de salud casi en el colapso por la falta de infraestructura, oxígeno y medicamentos.
El rebrote obedeció a una flexibilización de las normas de distanciamiento social a comienzos de año y la llegada de la variante Delta. Las autoridades dijeron inicialmente que el 70% de su población estaría vacunada para agosto, una meta que no se cumplió, y esperan alcanzar entre septiembre y fin de año. También se inició el uso de las vacunas Sinopharm -donadas por China- en un esquema de combinación con Soberana Plus.
Cada país tiene la potestad de aprobar las vacunas que va a usar, pero las aprobadas por la OMS ofrecen un aval aún más confiable y les permiten ser distribuidas a través de los mecanismos de inmunización de esa organización.
Para el caso de los antígenos contra COVID-19 sólo los aprobados por la OMS pueden ser distribuidas por el mecanismo COVAX, creado por las Naciones Unidas para facilitar el acceso a la inmunización, o por el Fondo Rotatorio de Vacunas de la OPS. Eso le abre a esas vacunas un mercado aún mayor en todo el mundo.
Sin la autorización de la OMS, para poder acceder al mercado internacional, deben hacerlo a través de acuerdos bilaterales. El representante Moya, quien llegó a la isla hace más de dos años, indicó que desde el comienzo de la pandemia había seguido el trabajo con los entonces candidatos vacunales.
“Le tengo confianza (a los antígenos cubanos) porque he podido conocer desde el principio la evolución” y “son elaborados por instituciones que tienen años haciendo vacunas” con las cuales la propia OMS/OPS cooperó en el pasado.