Cuarto nieto

Cuarto nieto

Cuarto nieto

José Báez Guerrero

Cada vez que visitamos a mi hijo en Englewood, donde hace una especialidad en medicina interna, al partir para regresar aquí me apena dejar allá a mi “cuarto nieto”, este el único de cuatro patas.

Es un bellísimo pastor australiano con una mirada que enamora y dan ganas de aprender a ladrar para responder sus cariñosos saludos o tristes despedidas. Paco es una fiesta.

El apartamento no basta para que descargue todas sus energías de cachorro y hay que recordarle varias veces al día que él no es el macho alfa de este hogar.

Una mañana en enero abrió la puerta a mi habitación y saltó en la cama dándome el susto de mi vida; parecía que soñaba con un lobo feroz comiéndome, pero eran sus buenos días perrunos.

En vísperas de regresar a Santo Domingo, siempre me apena dejarlo pero me alegra que su compañía reconforta a mi hijo cuando no estamos en su casa.

Es increíble cómo Paco reacciona cuando ve las maletas e intuye que nos vamos. Antes de llegar mis reales tres nietos de mi hijo mayor, teníamos seis bichones habaneros en casa.

Había olvidado cuánto se quiere y se sufre a la vez la compañía de un perro inteligente y travieso. Paco es una fiesta. ¡Uy, qué resaca!



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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