Si los esfuerzos empleados en el proselitismo político -que en honor a la verdad no nos han dado tregua- se invirtiera en contrarrestar los antivalores y en sembrar en el seno familiar los valores cristianos -que es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos- el escenario de inseguridad que nos asedia fuera muy diferente y nuestros miedos en vez de incrementarse disminuyeran.
Desde pequeños, si nos quedamos solos experimentamos esa sensación de angustia al que llamamos miedo. . Pero ahí no queda el asunto, nuestros padres y todo el conglomerado nos alientan el miedo con los suyos propios, esto producto de la inseguridad y la maldad que tiene arropada la humanidad, y es que tememos a que nos hagan daño, a la enfermedad, a decepcionarnos de quienes confiamos, a no ser competentes, a perder el trabajo, a no casarnos o no tener hijos y si lo tenemos, tememos todo el tiempo por ellos y sobre todas las cosas tenemos a la muerte.
Debemos estar conscientes que el temor entra a nosotros a consecuencia del pecado y de que es una arma mortífera del enemigo de las vidas para continuamente quitarnos la paz y el gozo, cegando nuestro entendimiento a fin de que nuestra fe merme, olvidando las promesas de Dios que nos dice ¨No temas porque yo estoy contigo¨.
En la mayoría de los casos si damos una mirada retrospectiva a nuestras vidas veremos que son muchos más los días en que hemos disfrutado de nuestros padres, familia, amigos, hemos tenido que comer, donde dormir, quizás no en la suite que muchos quisieran pero si en un hogar y créanme, la diferencia es abismal, pues tener un hogar no tiene precio, sin embargo en muchos días hemos temido de que esos momentos no llegaran.
El temor nos aísla, no nos permite disfrutar aquí, tal y como lo dice el Señor ¨Bástate el día de hoy, pues cada día trae su afán¨, hasta en la oración modelo que nos dejara Jesús dice bien claro que pidamos el pan nuestro de cada día, y este pan abarca TODO lo que necesitamos, entonces si Dios es quien nos provee los medio para obtenerlo, y ha prometido cuidarnos, porqué afanarnos tanto y sentir tanta inseguridad?
Tal y como me dijo el Señor hace más de un año en tiempos de prueba, ¨YO TE SOY SUFICIENTE¨, acojamos esta promesa y no temamos lo que nos pueda hacer el hombre, pues hasta para cuando pase lo que tanto tememos, ¨la muerte¨, Jesús tiene respuesta, nos dijo al ascender al cielo ¨Voy pues a preparar lugar para vosotros, si no fuera así, os lo hubiera dicho¨, y también expresó ¨Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, son las que Dios ha preparado para vosotros¨.
Pidamos fe a fin de anular los miedos, El Señor nos ha dejado al ¨El Espíritu Santo¨ para ayudarnos con esto y mucho más. Miremos la vida con ojos triunfadores, pues nuestra lucha no la hacemos solos, el Señor está con nosotros.