El hombre joven se sentó frente al terapeuta. Más que sentarse, se sembró en el mueble. Su lenguaje no verbal revelaba sus miedos: brazos sin despegarlos de sus costado; a veces ponía las manos entre las rodillas y casi no miraba a los ojos.
Había terminado con su novia, había tomado el habito de fumar, y ya no jugaba baloncesto con sus amigos ni socializaba y hasta había pensado en suicidarse. ¿Su problema? Sentía que de su cuerpo emanaban malos olores.
Se ha vuelto solitario y retraído porque tiene miedo que alguien le diga que hiede. “He gastado muchísimo dinero en jabones, perfumes, medias nuevas, zapatos, me cambio frecuentemente las camisetas pero no me ha valido de nada”.
Su día a día era bañarse tantas veces pudiera, echarse todo el perfume posible y no socializar por miedo a ser rechazado por su supuestos malos olores corporales.
Al comenzar el diálogo con el terapeuta el joven dijo que a raíz de sentir que “sudaba mucho y que hedía” fue al dermatólogo y éste le dijo que orgánicamente todo estaba bien y que su cuerpo no emitía ningún hedor.
Y exactamente su cuerpo no emite ningún mal olor. Sin embargo, este joven padece del Síndrome de Referencia Olfativo (SRO) trastorno descrito en 1971 por el neurólogo canadiense Pryse-Philips Williams, para definir a un grupo de pacientes que tenía la convicción de que de su cuerpo salían malos olores y sentían, además, la seguridad de que las personas de su entorno podían sentir esos malos olores.
Quien padece el SRO tiende a aislarse y con frecuencia tiene ideas suicidas.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) coloca al SRO dentro de “Otros trastornos obsesivos compulsivos y trastornos relacionados especificados” (p. 263).
Las estadísticas hablan poco de este trastorno pues no es muy común
Variante japonesa: el Taijin kyofusho. El DSM-5 presenta este síndrome cultural japonés que se traduce como “trastorno de temor interpersonal” y que se caracteriza por la ansiedad relacionada con las situaciones interpersonales y su evitación debido al pensamiento, sentimiento o convicción de que la apariencia y las acciones durante la interacción social son inadecuadas u ofensivas para los demás.
“En Estados Unidos, la variante conlleva tener un olor corporal desagradable y se llama síndrome de referencia olfativo, precisa el DMS-5”.
La persona que padece de este síndrome debe buscar el apoyo, en principio, de un psicólogo clínico.