Santo Domingo.-Aunque no es el secreto más comentado, sí son muchas las mujeres que ya no sienten ese deseo intenso de estar con sus parejas y asumen las relaciones sexuales por obligación o simplemente por miedo a que su hombre se busque otra.
Muchas mujeres asisten a consulta y confiesan que tienen relaciones sexuales con su pareja por miedo a que este piense que ya no lo aman, o para evitar la sospecha de que pudieran tener otra relación paralela, afirma la psicóloga y sexóloga Ana Simó. Simó explica que lo peor es que tal sacrificio no tiene ninguna recompensa, pues al pasar el tiempo e ir postergando la intimidad espontánea, la relación va menguando y deteriorándose.
Intimidad no debe sufrirse
“¿Pero y quién dijo que en la intimidad debe sufrirse?”, manifiesta la terapeuta de pareja y directora del Centro Vida y Familia.
Dijo que la idea no es sentir que las cosas se hacen porque es lo que se espera de una mujer, pues el cuerpo es más honesto y refleja lo que en realidad pasa por la mente y los sentimientos de la persona.
“Se piensa que la falta de deseo sexual va muy ligada a la falta de amor y esto no es la verdad absoluta, aunque sí es cierto que muchas mujeres se dan cuenta de que ya no sienten nada por su pareja cuando piensan en la sexualidad, pero también hay muchas que aman locamente a sus parejas pero dicen sentirse nulas a la hora de pensar en el sexo”, resaltó la sexóloga que tendrá una charla sobre el tema junto a otros terapeutas el día 22 en Hard Rock Café, a las 8:00 de la noche.
Simó aclara que la falta de deseo sexual no necesariamente va vinculada a la falta de orgasmo, por lo que siempre lo ha comparado como un carro que tiene problemas de arranque, que desde que es empujado funciona bien, pues así mismo es la situación en una mujer que no presente deseo sexual.
La experta afirmó que un alto porcentaje de mujeres presenta esta situación por varios factores, como la cantidad de actividades que hoy en día la mujer ejerce, desde madre, ejecutiva, amiga, compañera, donde vemos una excelencia en cada uno de estos roles, pero olvida una parte muy básica e importante que es su placer.
Señaló también la mala educación sexual que seguimos viendo, donde los mitos y las creencias muchas veces no nos permiten ser tan abiertas y poder expresar lo que nos gusta de la intimidad.
También pensar que el hombre debe saber cómo excitarlas. Cuando la mujer entienda que la sexualidad masculina es totalmente diferente a la nuestra y que las cosas que nos excitan no son parecidas a las de ellos, entonces viviremos una mejor sexualidad.
Además el poco conocimiento sobre su cuerpo, y aunque parezca ilógico, las mujeres miran mucho su cuerpo para criticarlo, para buscar qué cosas cambiar, pero no se detienen a sentir cuáles son las zonas que les producen placer.
Cito la poca concentración que tienen las mujeres en pleno acto, pues estamos más concentradas en cómo nos vemos, en cómo olemos y si nos vemos “sexys”, en vez de entregarnos al placer. Simó dice que la buena noticia es que todo esto puede modificarse y la mujer llegar a vivir una buena respuesta sexual.