Las cosas no podrían haber sido mejores para IBM en 1987.
La multinacional estadounidense de tecnología alcanzó un hito histórico al convertirse en el primer negocio del mundo en alcanzar un valor de US$100.000 millones en el mercado bursátil.
Impulsado por una revolución tecnológica naciente, la compañía logró dejar atrás a gigantes corporativos como General Motors y US Steel.
GM había roto la marca de US$10.000 millones en 1957. US Steel fue el primero en superar el umbral de US$1.000 millones en 1901.
Treinta años más tarde, sin embargo, IBM ya no es el pionero que solía ser.
Ciertamente sigue siendo un jugador importante en el mundo de la informática pero hoy en día ni siquiera figura entre las 30 principales compañías de la lista Fortune 500.
Se trata del ranking de las empresas más poderosas de Estados Unidos creado en 1955 por la revista de negocios Fortune, que las enumera en términos de facturación.
Menor poder de permanencia
El mundo natural se rige por la supervivencia del más apto. Algunos analistas consideran que el mismo proceso evolutivo ocurre en el mundo de los negocios.
Creen que IBM ha perdido su lugar de privilegio debido a una aceleración del proceso de selección natural entre las empresas.
Un análisis realizado por la consultora estadounidense Innosight descubrió que el tiempo promedio durante el cual una empresa permanece dentro del Fortune 500 ha disminuido de 33 años en 1964 a 24 años en 2016.
Para el año 2027, se prevé que el período se reducirá a solo 12 años.
Se cree que la principal culpable es la disrupción generada por los avances tecnológicos y su efecto en las industrias ya establecidas.
Un buen ejemplo es Apple. La compañía que lanzó el iPhone en 2007 ha roto recientemente la barrera del billón de dólares y se convirtió en la compañía más valiosa del mundo.
En términos de facturación, la cadena minorista estadounidense Walmart es la número 1 en la lista del Fortune 500, pero Apple está escalando la tabla rápidamente.
En 2005 estaba en el lugar 263. Hoy es el cuarto en la lista.
La firma estadounidense de investigación Boston Consulting Group (BCG) sugiere que esa caída es casi inevitable.
Ha predicho que dentro de los próximos 5 a 10 años, el 75% de la lista del Fortune 500 estará compuesta por compañías que el público general jamás ha oído nombrar.
«Estamos en medio de un gran choque entre una fuerza irresistible y un objeto inamovible. Esta fuerza es la disrupción tecnológica y tendrá un gran impacto», anticipó el experto en desarrollo de BCG Patrick Forth, durante una charla TED en 2014.
El video de su presentación sigue siendo uno de los más populares en foros corporativos.
¿Significa esto que la «próxima Apple» será una compañía que ahora está completamente fuera del radar?
«Es muy probable», afirma el autor y experto en tecnología Dion Hincliffe, vicepresidente de la firma estadounidense Constellation Research.
«Ahora es más fácil que nunca antes en la historia para un pequeño número de personas crear negocios altamente escalables en internet».
«Una historia particularmente famosa es la de WhatsApp. Cuando la empresa se vendió a Facebook por US$19.000 millones en 2014 solo tenía unos 50 empleados».
«Con la creciente tasa de cambio en el mundo de los negocios, es bastante improbable que hayamos escuchado hablar sobre la compañía que será la más valiosa del mundo dentro de 20 años «, agrega.
El servicio de mensajería instantánea ha causado pánico en la industria de las telecomunicaciones.
En los últimos seis años, WhatsApp ha contribuido a una pérdida en los ingresos de más de US$380.000 millones en la industria global de las telecomunicaciones.
Y esa es solo una industria que se ve afectada: otros disruptores famosos incluyen a Netflix, Uber, Airbnb, Facebook, Spotify y Amazon.
La propia revista Fortune ha intentado abordar la cuestión del «próximo Apple».
Desde 2015 ha estado haciendo futurología, tratando de anticipar quiénes serán los posibles monstruos corporativos de la década de 2020.
La lista incluye a los sospechosos de siempre, como Facebook, Alphabet (la empresa matriz de Google) y Amazon.
Víctimas famosas
Pero las 25 posiciones principales previstas para 2025 son radicalmente diferentes a lo que muestra el Fortune 500 en 2018: desaparecen los gigantes minoristas como WalMart, los grandes petroleros como Shell y los fabricantes de automóviles como Toyota.
Incluso ya no está uno de los clásicos de la lista: General Motors.
En su lugar, la atención está centrada en novatos como el imperio de comida a domicilio GrubHub o Intuitive Surgical, la compañía californiana que ha sido pionera en el uso de máquinas para cirugías robóticas.
La robótica, la inteligencia artificial y los servicios médicos se encuentran entre los sectores que verían un crecimiento exponencial en el futuro cercano.
La genética también está allí, junto con los viajes espaciales, la gestión energética y los servicios de computación en la nube.
«Todas las empresas corren el riesgo de una disrupción digital pero la que está más en riesgo tiende a ser la que ha sido particularmente exitosa en el pasado», dice Dion Hincliffe de Constellation Research.
«Tiende a confiar más en que sobrevivirá en el futuro y cree que ha estado haciendo las cosas bien. Este exceso de confianza puede convertirse en miopía«.
La miopía puede llevar a la agonía, incluso para los líderes del mercado en las industrias modernas. ¿Recuerdas a Blockbuster, Nokia y Kodak?
Todos eran líderes del mercado hasta que la disrupción digital los sacó de esa posición.
Blockbuster, la empresa de alquiler de videos, llegó a tener 8.000 locales en todo Estados Unidos. Desde julio de 2018, solo queda uno.
«Es ciertamente posible que las empresas descubran que ya no tienen un rol en una economía cambiante, a pesar de sus esfuerzos hercúleos», dice Paul Leiwand, un experto en estrategias de PricewaterhouseCoopers.
Después de todo, la selección natural se ve claramente en el Fortune 500: solo 54 compañías han estado en todas las listas desde 1955.
Para Leiwand la regla para sobrevivir es mirar hacia adelante.
«El peligro es cuando las empresas están demasiado enfocadas en su negocio actual, particularmente donde tienen grandes ganancias, sin invertir en capacidades más allá de donde está su negocio actual».