Veo frecuentes jeremiadas sobre la corrupción e impunidad, por activistas que atribuyen el monopolio de la vagabundería al PLD y su gobierno.
Imaginemos que cualquier mañanita de estas amanecen en chirola, condenados por bandidos, todos los políticos acusados como corruptos por los verdes.
¡El anhelado fin de la impunidad! ¿Tendríamos a partir del alucinado día un mejor país, donde las virtudes cívicas y la honestidad de los funcionarios provoquen envidia a los suizos? No se, pero creo que no… En España, una encuesta reciente citada por “The Economist” reveló que 94 % de los españoles cree que la corrupción es rampante en su país. Pero también sólo 2 % dijo que en los doce meses anteriores alguna autoridad le había solicitado un soborno o propina (la mitad del 4 % del promedio en la Unión Europea).
¿Cómo será aquí? ¿Cuántos de quienes más vociferan contra la corrupción e impunidad tienen claras sus cuentas con la DGII? ¿Cuántos están más enculillados por “oler donde guisan” que por ser “el pato robao”? Bueno bullo, ¡es complicado!