«Cruel e inhumana».
Así es la política migratoria de Donald Trump, según el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray.
En un mensaje a medios de comunicación, Videgaray condenó la separación de familias migrantes que emprendió recientemente el gobierno de Estados Unidos y pidió al presidente Trump que le ponga fin.
«No permaneceremos inertes ante una situación inhumana y cruel», dijo el canciller.
Videragay también urgió a la comunidad internacional que se pronuncie claramente sobre el tema, considerado violatorio al derecho de protección a la infancia por la Organización de Naciones Unidas.
El mensaje del canciller mexicano ocurre días después que se publicaron las condiciones en que permanecen cerca de 2.000 niños, dentro de jaulas en centros de detención estadounidenses.
Videgaray había sido cuestionado en México por organizaciones civiles, intelectuales y activistas por el silencio que estaba mantiendo el gobierno.
Según el canciller, sólo 21 menores se vieron afectados por la política migratoria de Trump. Los niños ya fueron repatriados.
En su encuentro con periodistas el canciller Videgaray contó el caso de una niña de 10 años de edad, con síndrome de Down que permanece en un centro de detención en Texas.
Su condición, empero, no importó para ser separada de sus padres.
Centroamérica
La mayor parte de los niños encerrados en centros de detención provienen de Centroamérica -especialmente de Guatemala, Honduras y El Salvador-, pues la migración mexicana a Estados Unidos es, desde hace más de una década, cercana a cero.
Además, existe un acuerdo entre los gobiernos de ambos países para repatriar lo antes posible a los menores mexicanos que crucen irregularmente la frontera.
No es el caso de los migrantes centroamericanos, quienes no pueden ser enviados de inmediato a sus países de origen.
Por eso enfrentan procesos legales que bajo el gobierno de Trump implica la separación de los niños, pues legalmente no pueden ser encarcelados con sus padres.
Las condiciones en que permanecen se publicaron hace unos días. Incluso Propública difundió un audio donde se escucha la desesperación de los niños al ser separados.
El gobierno de Honduras ha expresado su «preocupación» por el incremento de casos de familias hondureñas separadas y el de El Salvador consieró que pone en riesgo la salud de los menores ya que puede causarles daños psicológicos.
Las autoridades de Guatemala, por su parte, se han limitado a manifestar su respeto a la política estadounidense y su apoyo a sus nacionales a través de consulados y embajadas.