(Pero ordena comprar archivos nuevos para expediente de 15 mil páginas)
“No soy quién lo acusa, he oído hablar de eso, pero sólo lo que dicen los medios”, dijo el ex presidente Joaquín Balaguer, quien ni corto ni perezoso “se lavó las manos como Poncio Pilatos” en la acusación de corrupción contra el gobierno de Salvador Jorge Blanco, el ex jefe de las Fuerzas Armadas, general Manuel Antonio Cuervo Gómez y otros ex funcionarios del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
-¿Qué tengo yo que ver con eso?, expresó enfático Balaguer al doctor Juan Esteban Olivero Féliz, a quien su gobierno acababa de designar como Fiscal del Distrito Nacional.
El ex presidente Salvador Jorge Blanco y el ex general Cuervo Gómez habían sido acusados de corrupción. Y aunque alegó que no tenía nada que ver con la acusación, Balaguer ordenó comprar archivos nuevos para que la Fiscalía del Distrito Nacional resguarde las 15 mil páginas que contenía el expediente que se preparó para inculpar al ex mandatario.
-“No soy quien lo acusa, no tengo hábito de intervenir dando instrucciones al Ministerio Público, ni al Procurador General…”, insistió el jefe del Estado. -“He oído hablar de eso, pero sólo lo que dicen los medios…”, y apuntó: “Usted lo que tiene es que estar consciente de cuál es su responsabilidad (en la Fiscalía)”.
Una crónica periodística publicada por el Listín Diario este 11 de junio firmada por el periodista Javier Flores relata cómo el ex presidente Jorge Blanco, padre del asesinado ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Orlando Jorge Mera, “no pudo esquivar el juicio” por corrupción que se le formuló en 1987.
“A pocos meses de su salida del poder en 1986, Salvador Jorge Blanco observaría como el presidente de turno, Joaquín Balaguer, lo acusaría de desfalco al Estado durante su gestión a la cabeza del Poder Ejecutivo en el período 1982-1986”, relata Flores.
Señala que “la denuncia formal contra el expresidente Jorge Blanco fue depositada ante la Procuraduría General de la República por el abogado y dirigente balaguerista Marino Vinicio Castillo (Vincho), la cual también contenía acusaciones contra exfuncionarios de su Gobierno de haber realizado ventas sobrevaloradas a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional en beneficio propio”.
“Según los registros de los diarios locales e internacionales de la fecha, -sigue relatando Flores- la acusación consistía en compras de las Fuerzas Armadas a unas empresas vinculadas a personas próximas a Jorge Blanco por valor de 25 millones de pesos, vendiéndose bienes sobrevaluados a los cuerpos militares”.
Agrega que: “Dicha denuncia-querella afectó también a varios civiles y militares, entre ellos el general Manuel Antonio Cuervo Gómez, exministro de las Fuerzas Armadas durante el Gobierno de Jorge Blanco, que a ese momento ya llevaba varios meses detenido”.
Sorpresa: nuevo fiscal sustituye a “hijo de Balaguer”
En el marco de la acusación de corrupción hasta entonces sin precedentes en la historia, contra el ex presidente Jorge Blanco, situación que mantenía en vilo a la opinión pública nacional e internacional, Balaguer emitió un decreto con el que designó al doctor Olivero Féliz nuevo Fiscal del Distrito Nacional.
“De forma sorpresiva, no sé por qué, el presidente Balaguer decidió nombrarme Fiscal del Distrito Nacional. Es un cargo muy importante que yo no esperaba, a pesar de ser un abogado en ejercicio por más de 30 años”, revela Olivero Féliz en el artículo “Archivos nuevos para la fiscalía del Distrito Nacional” que recoge su libro “Balaguer…anecdotario de humor político” editado en los talleres gráficos de Editora Corripio.
Olivero Féliz sustituyó en la Fiscalía al doctor Alexis Joaquín Castillo, quien afirma es hijo del ex presidente Balaguer.
“Para mí no fue una carga pesada ni difícil asumir el cargo. Lo que le daba un carácter especial a ese nombramiento era el momento y, además, que yo no le había solicitado al presidente ningún tipo de nombramiento en la judicatura nacional”, refiere el fenecido ex diputado reformista oriundo del municipio de Tamayo.
Olivero Féliz dijo que esa designación lo obligó a alejarse de sus actividades privadas en su oficina de abogado, desde la cual daba asistencia legal a empresas y personas, lo que consideró era su “verdadero modus vivendi”.
Expuso que en el momento de su designación “se estaba ventilando el proceso contra el doctor Salvador Jorge Blanco, ex presidente de la República; el general Cuervo Gómez, ex secretario de las Fuerzas Armadas, el general Eleodoro Berroa Contreras y otros ex funcionarios del gobierno del Partido Revolucionario Dominicano, conocido por “manos limpias” o “Gobierno de Concentración Nacional”.
-“El caso se llevaba entonces “a la carrera”; un expediente de 15,000 páginas de diferentes sumarias en el cual las audiencias se fijaban con intervalos a veces muy cortos”, señala en su libro Olivero Féliz. El juez Juan María Severino decide sobre las apelaciones hechas por el ex presidente Jorge Blanco.
Apunta que a su llegada a la Fiscalía “aquel proceso se conocía casi todas las semanas y yo, como fiscal, responsable del ministerio público, no había tenido la oportunidad de compenetrarse debidamente con el contenido de las 15,000 páginas”.
-“Por eso era opuesto a pasar un expediente en estas condiciones”, señaló. “Sin embargo, el Magistrado Presidente, los querellantes y la defensa, querían que el proceso se manejara con rapidez, y tuve que recurrir a ciertos mecanismos para detener esa celeridad”.
Dijo que, en consecuencia, “solicité el reenvío del caso para documentarme mejor, lo que se impuso de pleno derecho”. Agregó que cuando pidió al tribunal el reenvío sin fecha del caso, debido a que “el expediente era muy denso y apenas tenía un par de meses en el cargo”, lo que consideró insuficiente para documentarse debidamente.
-“El juez que presidía el tribunal se mostró incómodo con mi solicitud, ya que aparentemente era partidario de la festinación del mismo”, apuntó.
-“En un arranque desacostumbrado (el juez-que era Juan María Severino) dio un malletazo ante el crucifijo, reenvió la audiencia y dirigiéndose al fiscal, dijo: Coja su expediente y lléveselo, y vamos a ser sinceros y a asumir más responsabilidad”.
Olivero Féliz señaló que ante la actitud del Magistrado Severino, le contestó: -“Magistrado, con el respeto que usted merece, no olvide que cuando nos subimos en esta barra y nos calzamos esta toga, tenemos el mismo rango; que de la misma manera que yo me dirijo a su Señoría con altura, respeto y consideración, la nobleza lo obliga a responder de la misma manera”.
Y añadió: “Ese expediente que usted dice que recoja y me lo lleve, no será recogido ni me lo voy a llevar. Usted tiene que enviármelo a mi despacho de la misma forma en que yo lo apoderé, por la vía legal. Envíelo por Secretaría y bajo inventario y bajo inventario, que yo se lo recibiré correctamente y de buenas ganas”.
Allí terminó el proceso y comenzó a enfriarse el juicio con que se administró en una etapa la causa a Salvador Jorge Blanco “y su camarilla”, precisó el entonces Fiscal del Distrito Nacional.
El doctor Olivero Féliz, abogado, ex diputado y activo dirigente del Partido Reformista, sostuvo que luego del desenlace de la audiencia y “seguro de que todos estos acontecimientos ya serían del conocimiento del señor Presidente, acudí un día a visitarlo en el Palacio, pero no a hablarle de ese proceso, porque no es mi estilo dado que creo en la separación de los poderes del Estado”.
Hablamos de política y muchas otras cosas, menos del proceso contra Salvador Jorge Blanco, explicó Olivero Féliz.
Narró que cuando se despedía del ex mandatario, le manifestó: -“Ah, Presidente, se me había olvidado, Tengo esta cabeza loca. He llegado a la fiscalía para que me acaben de amarrar, con ese expediente de más de 15,000 páginas”.
Ante la expresión del fiscal Olivero Féliz, el ex presidente Balaguer como ducho político, le preguntó:- ¿Cuál expediente? A lo que el funcionario judicial respondió: -“El expediente por corrupción contra el doctor Salvador Jorge Blanco, el ex secretario de las Fuerzas Armadas y otros funcionarios de ese gobierno”.
Explicó a Balaguer que dicho juicio “iba muy acelerado” y que entendía que un caso tan importante se instruyó en un tiempo más corto que el establecido por la ley, de 60 días. Indicó que se apoderó de un juicio de fondo y en menos de dos meses “se han celebrado de 4 a 5 audiencias”, lo cual según su parecer, “es muy poco tiempo para un recién llegado”.
-“Observé que no le dio ninguna importancia a lo que yo decía. Se estribó en su asiento y me dijo:
-“¿Qué tengo yo que ver con eso? No soy quien los acusa, no tengo hábito de intervenir dando instrucciones al Ministerio Público, ni el Procurador General…He oído hablar de eso, pero sólo lo que dicen los medios”, expresó Balaguer e inmediatamente espetó al nuevo fiscal:
-“Usted lo que tiene es que estar consciente de cuál es su responsabilidad”.
Ya me iba cuando (Balaguer) me preguntó: -¿Usted tiene archivos en la fiscalía?
Olivero Féliz respondió que en la Fiscalía había algunos archivos, pero que eran del siglo pasado y que cuando llovía se mojaba los papeles allí guardados.
-“Voy a ordenar que le manden unos archivos en buen estado, a fin de que se evite eso”, dijo el mandatario. Enseguida llamó a Bello Andino y le dio las instrucciones de lugar. “Luego pregunté a Bello Andino el interés del Presidente por esos archivos, y éste me contestó: -“Pero, ¿tú dices que tienes un expediente de 15,000 páginas? Será para que lo guardes…”. (ambos funcionarios estallaron en risas).
“A partir de ahí, -apuntó el doctor Olivero Féliz-, el proceso (contra Jorge Blanco) se desaceleró”.
“En 2001 y después de 10 años de apelación, (Jorge) Blanco consiguió la anulación de la sentencia dictada por la Corte de Apelación de Santo Domingo. En septiembre, el presidente Hipólito Mejía retiró las acusaciones contra Jorge Blanco, lo que se interpretó como una especie de indulto. (Jorge) Blanco siempre negó las acusaciones y afirmó que sus pesadillas fueron resultado de la persecución política de Joaquín Balaguer (Wikipedia)”.
*El autor es periodista.
12 de junio de 2022.
Emiliano Reyes
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