Santo Domingo.-Como el premio más grande que ha recibido y que nunca será superado considera Cristóbal Marte su elección como propulsor al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
“Honrado, honrado, honrado”, fue la expresión de Marte al preguntársele cómo recibió la noticia de su exaltación a la Fama.
Marte señala que para su familia, esposa, hijos y para él, es lo más grande de su vida. “No saben lo que siento al verme al lado de hombres y mujeres con grandes méritos, instalado en el Pabellón de la Fama”, sostuvo. “Jamás esperaba esto que me llegó de sorpresa”, añadió.
Su grandeza
Una vida dedicada al deporte, que comenzó a forjarse en las pistas de carrera de autos. Piloto de kartismo en sus años mozos, propulsor y dirigente destacado, Marte encontrará la consagración deportiva incursionando en la disciplina del voleibol femenino, que no formaba parte entonces de su catálogo de preferencias deportivas.
Y será en calidad de propulsor que el Pabellón de la Fama lo convertirá en inmortal, como reconocimiento a la superba labor desarrollada para llevar y posicionar el voleibol femenino de la República Dominicana entre los diez mejores del mundo.
Su vida
Marte nació el 3 de enero de 1952 en San Cristóbal, del matrimonio compuesto por el general (FAD) Santos Mélido Marte Pichardo y Aurora Hoffiz de Marte.
Cristóbal es padre de Abraham y Cristóbal de Jesús Marte. Cursó estudios en el colegio Santo Tomás de Aquino y en Las Antillas Academia Militar (Alta Escuela), de Trujillo Alto, Puerto Rico; además de la Academia Militar San Patricio, de Nueva York.
Fue un exitoso funcionario en los gobiernos del extinto Joaquín Balaguer, llegando a ser secretario de Deportes (hoy Ministerio de Deportes), 1990-93 y 95-96, y viceministro de la Presidencia. Además ha ocupado cargos en la dirigencia deportiva internacional.