Bloomberg News.-El mes que viene, Argentina elegirá un presidente que, por primera vez en doce años, no será un Kirchner: la presidenta Cristina Fernández de Kirchner o su difunto esposo Néstor.
Es una perspectiva que llena de alegría a muchos inversores, ansiosos por dejar atrás el populismo de izquierda de los Kirchner. Pero esa herencia podría resultar más perdurable de lo que esperan.
En el último año, Fernández nombró a nueve de los diez miembros del directorio del banco central, incluido su presidente.
En las elecciones de octubre, Fernández apoya a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, después de que este aceptó nombrar a Carlos Zannini, uno de los hombres de más confianza de Fernández, como su compañero de fórmula.
Scioli le lleva una ventaja de 9 puntos porcentuales al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri.
Néstor Kirchner fortaleció el poder de la presidencia y Fernández lo continuó.