Buenos Aires.- La expresidenta argentina Cristina Fernández (2007-2015) aseguró hoy que su fallecido esposo, el también exmandatario Néstor Kirchner, “siempre está” con ella y reconoció que ahora no está enamorada y que al ser seducida siempre le manejaron “las neuronas y no las hormonas».
“Nadie anda teniendo lugar o no para el amor. Las cosas pasan o no pasan. No creo que nadie ande con un cartel preparada o no para el amor”, afirmó en una distendida entrevista en Crónica Televisión.
La exjefa de Estado y actual candidata a senadora para las elecciones legislativas del próximo octubre está viuda desde que en octubre de 2010, y tras ser intervenido un mes antes de una angioplastia, Kirchner muriera luego de sufrir un ataque cardíaco cuando se encontraba con su ella descansando en la localidad patagónica de El Calafate, en la sureña provincia de Santa Cruz.
“Me siento como que él siempre está. Tengo mi vida como cuando estaba él. Mi casa de El Calafate está exactamente igual. Nuestro cuarto está exactamente igual.
Su escritorio está exactamente igual y me siento muy bien así”, señaló la política. Además, agregó que estuvo “mucho tiempo” de negro, pero que se sacó el luto porque su hijo, Máximo, se lo pidió para que su nieto no la viera así.
Al ser preguntada sobre si ahora, con 64 años, está enamorada, tiene novio o alguien que la corteje, la exmandataria fue tajante. “No”, contestó.
“A mí siempre me manejaron las neuronas, no las hormonas”, añadió, al tiempo que recordó sus comienzos con su esposo. “Cuando yo le conocí a él, en los años 70, la verdad es que me rompió la cabeza (cautivó). Era un tipo alto, flaco, desgarbado, pelo largo, anteojos cuadrados… usaba ‘sueters’ y camisas ‘onda mayo francés’. Era texto y contexto y además con una cabeza muy importante”, aclaró.
En este sentido, y al responder otra pregunta similar, la expresidenta subrayó que no le gustan los hombres musculosos. “No me gusta. Eso es horrible.
Esos hombres que se miran al espejo o se ponen más cremas que yo”, sentenció. Como ejemplo, el entrevistador, ‘Chiche’ Gelblung, le preguntó si el premio nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa puede ser su prototipo de pareja. “Prefiero meterme en un convento antes que (estar con) Vargas Llosa.
¿Viste como piensa Vargas Llosa? ¡Monja de clausura me hago antes!”, aseveró. Acerca de su físico, confesó no tener “ninguna cirugía estética» y que no está “todo lo flaca que quisiera” ya que, con 58 kilos, tiene “cuatro de más». “Porque además una mujer jamás está demasiado flaca, siempre puede adelgazar más.
Y hay ropa que no me entra”, afirmó. Entre otras curiosidades, Fernández señaló que la residencia presidencial, ubicada en la localidad bonaerense de Olivos, es “un lugar muy feo” y como “una cárcel” en el que “no hay buena vibra”, con soldados y gente “permanentemente dando vueltas” y reconoció que su perro Álex está enterrado allí.
La viuda de Kirchner, a su parecer “el mejor presidente que tuvo la democracia”, continuó diciendo que hoy en día le encanta leer, ser política, estar con sus hijos y nietos y ver series, y reiteró que se presenta al Senado “por deber». “Nunca hice lo que quería sino lo que debía.
Era la dirigente que mejor medía para el peronismo en la provincia de Buenos Aires”, indicó, para insistir en que “se están viviendo momentos muy difíciles” bajo la presidencia de Mauricio Macri.
“Siento que muchas de las cosas que están pasando no tienen una voz que lo represente”, argumentó. Sobre las causas judiciales que le afectan a ella y sus hijos, volvió a remarcar que hay una “persecución brutal” y que “nunca ningún gobernante fue tan maltratado” como ella.
No obstante, sobre los miembro de su Ejecutivo investigados por la Justicia comentó que aunque haya exfuncionarios que han cometido “hechos de corrupción” no se puede decir que el Gobierno fuera “una asociación ilícita o corrupto». Fernández criticó además que la llamen kirchnerista en vez de peronista.
“Nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio, pero nosotros somos peronistas. Yo soy peronista”, matizó.