SANTO DOMINGO.-Es un músico las 24 horas del día. Puede iniciar una conversación de cualquier índole, pero confiesa que termina hablando de música, porque es lo que le apasiona y por lo que vive.
El es Crispín Fernández, un instrumentista que confiesa que en la década de los años 80, del catálogo de la disquera Karen Récords, de Bienvenido Rodríguez, de 10 canciones grabó nueve, lo que es más que una gran marca.
¿Quién es Crispín Fernández?
Soy un músico que quiere pasarle a las nuevas generaciones lo que ha aprendido durante toda una vida.
Pero también soy una persona que vive en la música todo el tiempo, escudriñando las cosas nuevas que están haciendo los músicos de hoy y me la paso viajando de pueblo en pueblo para aprender y enseñar.
¿Tiene pareja?
Yo ahora estoy soltero y creo que es lo mejor, porque si una mujer entra a mi casa podríamos tener problemas si intenta organizarme el desorden que yo tengo, que para mí es un desorden organizado, porque yo sé dónde está todo, pero si me lo organizan, entonces me perderé.
Yo no soy muy de archivo, pues tengo que ver todo.
A la muchacha que viene a limpiar le digo: limpia, pero no me cambies los papeles de como están, porque yo tengo que verlos.
Para otros puede que viva en un desorden, pero como yo sé dónde está todo, lo llamo un desorden organizado y así vivo feliz.
¿Con quién vive usted?
Bueno, yo vivo con mi estufa, mi nevera, mi lavadora y todos mis instrumentos de música que tengo regados por toda la casa y te puedo decir que pienso en música 24 horas.
Lo mío es el mundo de la música y salgo a hacer muchas cosas, pero siempre dentro de este mundo que me ha atado. Me acuesto oyendo música, me levanto oyendo música.
¿La música como terapia?
El poder de la música y la influencia que tiene sobre el estado de ánimo del ser humano es increíble. Usted me dice a mí qué música va a escuchar y yo le puedo decir qué estado de ánimo usted va a tener.
Dijo Arthur Schopenhauer, un filósofo alemán ¿Por qué un tono mayor tiene que deprimirme más y un tono mayor me levanta?
¿Por qué eso tiene ese efecto en mi organismo? A la bachata le llamaban música de amargue o música para cortarse las venas.
El “New York Times” llamó a la bachata un “blues”, porque vino de un maltrato social como el “blues”.
¿Cuántos instrumentos tiene en su casa?
Yo tengo de todo, trompeta, saxafón, dos tamboras, varias güiras, conga, bongó, guitarra, dos pianos, flauta, trombón.
También conservo muchos “Long play” (LP), casetes, discos compactos, diferentes libros de música
¿Dónde enseña música?
Yo imparto clase en mi propia casa. Lo primero que trato es de hacer que esos muchachos se sientan como en su casa. Enseño saxofón y flauta.
Cada vez que viene un alumno aquí lo primero que le digo es: aprender es fácil, pero enseñar bien es lo difícil. También lo hago de forma pública para instituciones del Ministerio de Cultura, Sodaie y otras.
¿A cuántas canciones le ha puesto su sello?
Esa pregunta es muy difícil responder, porque yo he grabado tantas canciones que cuando Bienvenido tenía su disquera Karen Records a mí me tocó grabar 9 de cada diez canciones de ese catálogo, que era bastante.
Yo participé en las grabaciones de todos los temas de Alex Bueno, Sergio Vargas, Rubby Pérez, Orquesta Internacional, Juan Luis Guerra y 440, gran parte de las de Johnny Ventura, el Conjunto Quisqueya y hasta con la Coco Band grabé, entre muchas otras.