No existen condiciones para frenar el derrotero que lleva el deporte dominicano al abismo. Aunque es muy poco lo que se publica sobre la crisis que actualmente vive el movimiento deportivo nacional, el panorama está cada vez más oscuro. La participación dominicana en los próximos Juegos Panamericanos, a celebrarse del 20 de octubre al cinco de noviembre en Santiago de Chile, revelará la gran crisis que está sucediendo.
Las suspensiones de las federaciones de Esgrima, Surfing, Tiro, Pentatlón y Badminton serán la “punta del iceberg” de lo que va a suceder. Se rumora que los problemas con esas federaciones tienen mucho que ver con el manejo que dan a los recursos económicos que asigna el Gobierno.
Aunque en algunas publicaciones, los representantes de esas federaciones consideran que las acciones contra ellos se obedecen a retaliaciones por no haber votado por el grupo que está dirigiendo el Comité Olímpico Dominicano, que encabeza Garibaldy Bautista.
La semana pasada el ministro de Deportes, Francisco Camacho, ofreció unas declaraciones durante una rueda de prensa que complicaron más la situación, debido que fueron bastante confusas. Camacho, aunque es parte de los federados, los fustiga cuando reconoce que dedican el 93 por ciento de sus asignaciones a carga fija, que en su mayoría eso se traduce en sueldos, donde el nepotismo juega un rol estelar.
¿Cuál es el problema de los 4 mil millones de pesos que dice Camacho haber entregado a las federaciones durante su gestión? Que muy poco de ese dinero ha llegado hasta los atletas, que son los que verdaderamente lo merecen.
Lamentablemente, el desorden existente con el manejo de los recursos económicos se mantendrá, debido a que ni el Ministerio de Deportes ni el Comité Olímpico Dominicano están facultados para auditar y las entidades gubernamentales que están para ese rol, como la Cámara de Cuentas y el Ministerio de Hacienda, tienen problemas más grandes en los cuales enfocarse.