Senabri Silvestre 
Vendedores del Mercado Nuevo de Capotillo esperan por clientes, mientras se llama al distanciamiento social. EFE
SANTO DOMINGO.-La inesperada y profunda ralentización en la que ha caído la economía dominicana, a consecuencia de la paralización de las actividades productivas por el Covid-19, ha empujado al país a un nivel tal que ni siquiera los economistas pueden precisar.
Algunos economistas afirman que el país reúne todas las condiciones para caer en una depresión económica a final de año, otros creen que ya estamos ahí.
La depresión económica es definida como la fase subsiguiente a la crisis económica, y se genera por una caída de la disminución en la inversión y los salarios, y, por tanto, una disminución del poder adquisitivo y del consumo. Algunos estiman que se llega a ese nivel cuando el Producto Interno Bruto desciende en más del 10%.
En el país aún no hay muchas cifras para contrastar estos indicadores, pero sabemos que hay una fuerte caída en los ingresos, ya que el Ministerio de Trabajo afirma que hay 877,991 empleados suspendidos, a parte de los que hayan en el sector informal, que son más del 50% de la plana laboral.
Esto confirma la caída del consumo en comercio, recaudaciones de Itebis cayeron en RD$1,030 millones en marzo y las del turismo en RD$$2,128.6 millones, indica Impuestos Internos.
¿Dónde estamos?
Según el economista Antonio Ciriaco Cruz, aún no se puede hablar de depresión, puesto que para llegar a ese estado, primero hay que pasar por una recesión, lo cual ocurre cuando la economía cae de manera negativa en dos trimestres consecutivos.
Esto no ha ocurrido en República Dominicana, ya que la economía creció un 4.7% en enero y un 5.3% en febrero, según el Banco Central. Los datos de marzo aún no son revelados, lo cual hace suponer que no son muy alentadores, puesto que el Banco Central suele publicar de manera anticipada las noticias positivas y retardar las negativas.
Ahora bien, para que el trimestre haya sido negativo el crecimiento de marzo tendría que caer muy pronunciadamente, lo cual Ciriaco Cruz ve poco probable.
“Pienso que el país está en la zona de desaceleración o contracción y no en recesión”, dijo el economista.
No obstante, adelantó que el segundo trimestre del año podría reflejar una caída estrepitosa de la economía, con lo cual el país podría experimentar una recesión.
Una opinión similar tiene Ernesto Selman, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estudios Económicos (Cress), quien situó la situación actual del país en la fase de contracción.
Indicó que no está claro cuando se debe utilizar el termino depresión porque aún están por verse muchas cosas.
Lo que sí precisó es que el impacto del Covid-19 a nivel mundial será peor que el de la crisis financiera de 2008, ya que la salida de capitales de mercados emergentes ha sido cuatro veces mayor y el desempleo la supera con creces.
La Organización Internacional del Trabajo prevé un deterioro equivalente a 305 millones de empleos, mientras que en 2008-2009 sólo aumentó en 22 millones. “Hay una contracción económica importante y eso va a generar mucho desempleo permanente y eso ha parado mucho el consumo”, apuntó.
Estamos en depresión
El economista Pavel Isa lo tiene muy claro. Para él sí estamos en depresión, puesto que considera que hay una caída muy profunda de las actividades económicas, “por la cual terminaremos con una depresión en todo el año. No solo en los meses de abril y mayo”, indicó.
Para el experto, lo que hay no se trata de un crecimiento más lento, sino de una caída del valor total de los bienes y servicios con relación al anterior.
Señaló que las actividades económicas en abril cayeron un 50% al nivel normal, y recuerda que en el único momento en que llegamos ahí fue en la Revolución de Abril de 1965, cuando el PIB cayó un 12%.
“No estamos hablando de una recesión o de una reducción, estamos hablando de una Depresión”, afirmó el economista, quien proyecta que la economía caerá aún por debajo del -3% este año.
Henri Hebrard está muy cerca de esa teoría. El economista entiende que estamos en depresión porque estima que el PIB en marzo cayó entre -5% y -8%, y para el segundo trimestre prevé una baja de entre -15 y -20%. Para el cierre del año calcula un -5.2%, peor que el -2% que estima S&P Rating, y el -1% del FMI.
Para él, tres puntos arrastran al país a la depresión, que son turismo, cuyos datos no se conocen; remesas, que bajaron en mar 37% con respecto al ismo mes de 2019, y la necesidad de recursos para apoyo a familias y empresas.
El Gobierno ha buscado RD$32,000 millones en financiamiento para apoyo sociales y ha puesto más de RD$100 mil millones.
Hebrard advierte que lo único que evita la depresión es el que el país consiga todo el financiemiento que necesita.
