2. David Abrahamsen. Matar a partir de tres personas de la misma manera te convierte en un criminal en serie, según David Abrahamsen, un médico psiquiatra forense, psicoanalista noruego, conocido por sus libros en los que analizaba la personalidad de criminales reconocidos, como Jack el Destripador y David Berkowitz (el Hijo de Sam).
Toda su producción científica acerca del comportamiento criminal, sus múltiples libros, se la debió fundamentalmente a que, desde 1942, comenzó a trabajar como investigador asociado en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, y para llegar a comprender el crimen y su prevención a este nivel maligno, apeló a la autoformación de la antropología cultural.
En esta ocasión, nos referiremos a un criminal serial dominicano, ya olvidado: Comegente: el monstruo sádico. Lo haremos apoyándonos con algunas ideas del insigne criminólogo, con los estudios realizado por él en la Royal Frederick University de Oslo.
En el libro “Resumen de la historia de Santo Domingo”, dice el ilustre historiador Don Manuel Ubaldo Gómez Moya, que “a principio del siglo XIX hubo en la jurisdicción de La Vega, un africano conocido con el nombre de El Comegente o El Negro Incógnito”.
“Era un antropófago, cuyas correrías extendía hasta las jurisdicciones de Santiago, Santiago Rodríguez, Moca y Macorís, atacaba a los ancianos, a las mujeres y a los niños, pues era cobarde y le huía a los hombres fuertes”.
Fue capturado en Cercado Alto, Común de La Vega, fue remitido a Santo Domingo bajo custodia de un fuerte piquete. La historia de ese monstruo fue escrita por el Padre Pablo Amézquita y después se publicó en el periódico El Esfuerzo, que editaban en La Vega, por el año 1881, los hermanos Bobea.
Lástima que ni una fotografía, ni un expediente sumariado.
Mientas Jack el Destripador, era unisexual en su heterosexualidad, es decir, que sólo acecha mujeres, nuestro Comegente, era bisexual siempre.
El Comegente mató cruelmente a 56 personas, entre mujeres, niños, y ancianos. A las mujeres les comía las pudendas. Las teorías de los criminales sádicos sexuales están muy bien detalladas en Havelock Ellis, Bronislaw Malinowsky y Ettingham, todos antropólogos, y pueden verlas en sus detalles.
En cuanto a David Abrahamsen, recomienda concederle mucha prioridad al homicida, a los elementos de su peculiar personalidad, entre lo que se encuentra la total y completa liberación del sentimiento de culpa; la mente de un asesino equivale al producto de intensas fuerzas emocionales presentes tanto en la infancia como en la vida adulta.
La criminalidad de sangre es ancestral. Las infancias trágicas son las que incuban las mentes asesinas del mañana. Recomendamos el libro “Mente asesina” (1973), pero el autor fue prolífico en estos temas y de seguro quieren seguir conociendo más de él.