Santo Domingo.-Fruto del crecimiento vertical, el Gran Santo Domingo sufre una “metamorfosis urbana” que no sólo cambia su uso de suelo y hace que se pierdan las románticas fachadas que existían en cada sector, sino que hasta se está sobrevaluando el costo de las propiedades.
Ese auge de edificaciones de hasta 30 niveles y más, que no fueron concebidas para espacios donde habitaba una o dos familias, hoy crea un hacinamiento urbano, especialmente en la capital.
El fenómeno se traduce en taponamientos vehiculares, deterioro de los servicios, como también hace que las personas vivan “paradójicamente” cada vez más aisladas.
Jacqueline Trinidad Abreu, quien es ingeniera civil de profesión y se ha dedicado por unos 25 años al corretaje inmobiliario, reveló que la gente, en busca de seguridad, demanda hoy los apartamentos más que las casas. Los propietarios, en cambio, que venden sus casas, persiguen mayores beneficios económicos en relación a su terreno o mejoras.
Sobrepoblación
“Un ejemplo, en El millón, donde hace un tiempo una vivienda con 500 metros de solar costaba RD$8 millones, hoy quien no da RD$18 millones o 22 no la puede comprar, como también hay gente que se da el lujo de vendérsela a quienes ellos desean”, explicó.
Por igual se da una gran sobrepoblación en algunos entornos, ya que no fueron concebidos para la cantidad de personas que los habitan.
Donde había una casa con 2 o 3 vehículos hoy tiene hasta 30 apartamentos, como también hay construcciones que rompen por completo con el estilo de las fachadas originales, donde había marquesinas, galerías, jardines y otros detalles que les daban un toque romántico y familiar a las estructuras, señaló.
“Hay edificios de apartamentos que se están levantando en determinados lugares que no soportan el precio como los ofertan, porque son áreas arrabalizadas, que colindan con barrios marginados y los quieren vender a precios exorbitantes”, indicó.
Áreas conservan estilo
Trinidad Abreu, vicepresidenta de la empresa Corazones Realty, en Plaza Las Américas en la 27 de Febrero, citó algunos sectores que conservan viviendas unifamiliares o de baja densidad, donde no se permiten grandes torres.
Entre esas figuran Bella Vista (entre la avenida Selene hasta el Helios, próximo al Mirador Sur); en Los Cacicazgos (Hatuey y Enriquillo); Gascue, Cuesta Hermosa, en Arroyo Hondo.
Dentro de las áreas de más preferencia nombró a los sectores Piantini, Evaristo Morales, Serrallé, Naco, El Millón, Las Praderas, Bella Vista, Los Cacicazgos, como también La Esperilla y El Vergel, aunque este último ha bajado su preferencia, por la conversión de área residencial a comercial que se da en el lugar.
“Otra cosa que ha cambiado es el estilo en las construcciones, está predominando el tipo europeo, la gente busca para el interior de las casas propuestas modulares y deja de lado los trabajos en caoba y otras maderas preciosas que eran una tradición.
Hábitos
La experta, miembro de la Asociación de Empresas Inmobiliarias (AEI), asegura que la gente no tiene que ver quién vive al lado o arriba suyo, se mantiene indiferente a lo que sucede a su alrededor y lo peor: “No se depura quién compra y así sucesivamente”, añadió.