- Publicidad -

- Publicidad -

Crear fraternidad

Todos somos hermanos porque tenemos el mismo origen divino y una condición racional que nos hermana e iguala a partir de una esencia común: la humanidad.

Crear fraternidad en la familia y en la sociedad fortalece la paz si construimos puentes, tratamos a los otros como iguales y cuidamos nuestra herencia fraterna.

1. Construir puentes, no muros:

Podemos superar las diferencias personales y sociales a partir del perdón y la comprensión que implica aceptar al otro desde su individualidad y sus limitaciones, lo que nos lleva a construir puentes, no muros.

El Papa Francisco nos invita a hacerlo: “En el contexto social y en el civil, apelo a no crear muros sino a construir puentes. No respondan a la maldad con maldad. Derroten a la maldad con el bien, a la ofensa con el perdón».

2. Tratar a los otros como iguales, como hermanos:
Nadie es superior a nadie. La humanidad que compartimos nos recuerda que los rangos, la condición, el origen social o la posición son circunstancias de la vida que perecen y a veces dividen a las personas. El trato igual implica practicar la cortesía y la amabilidad y la bondad como expresión de fraternidad.

El trato igual, además de un valor evangélico, es un derecho inspirado en la igualdad que se asocia a la fraternidad como principio generador de cambios y transformaciones sociales basadas en la superación de la esclavitud, la servidumbre y el tutelaje.

La fraternidad evangélica es un reto. Si queremos obtener los méritos auténticos que trascienden lo humano, vivamos en actitud de siervos de los demás haciéndoles el bien: “el que quiera ser el primero, que sea servidor de todos” (Marcos 10:44).

3. Cuidar la herencia fraterna:

Como hermanos tenemos una herencia común que debemos cuidar: la familia, la tierra y la fe. La familia es el primer espacio fraterno. La tierra es el lugar de la gran familia humana.

La fe es la esperanza de los hijos de Dios.
Familia, tierra y fe son nuestros grandes tesoros. Unidos en fraternidad, hoy más que debemos cuidarlos de las amenazas de muerte que se ciernen sobre ellos.

Etiquetas

Altagracia Suriel

Columnista de El Día

Artículos Relacionados

Lo sentimos, ningun texto coincide con tu Criteria.