La República Dominicana va en camino a convertirse, desafortunadamente, en uno de los países líderes en peor desempeño en relación al manejo de la crisis generada por el coronavirus Covid 19.

La situación significa un retroceso, en vista de que en el primer trimestre de la pandemia, hablamos de marzo, abril y mayo, las autoridades dominicanas llegaron, incluso, a recibir elogios de parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) debido a los resultados positivos de las acciones llevadas a cabo con la finalidad de, por lo menos, mitigar la crisis.

En el último mes el nivel de positividad de los contagios se ha incrementado, en vista de que el promedio diario supera el millar de casos, y las defunciones se registran en más de una docena cada 24 horas. Actualmente la positividad es superior al 33 por ciento, de acuerdo a los reportes de Salud Pública.

Contrario a como sucede en el país, nuestros vecinos cubanos hay días que ni siquiera registran defunciones ni infecciones por el patógeno, que tiene presencia en todo el mundo.

¿Qué está pasando con los dominicanos? ¿Para qué las grandes inversiones que se han hecho en insumos, equipos y contrataciones de asesores sanitarios? ¿Constituye la cuestión cultural un factor determinante para el agravamiento de la crisis sanitaria? ¿Se pretende ocultar información? Estas son algunas de las preguntas que merecen respuestas urgentes, a fin de encontrar el por qué República Dominicana exhibe ese retroceso en el manejo del Covid, en vista de que todo apunta a que va más allá del inicio de la desescalada.

Iniciemos con el Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Computadoras, Ciberseguridad e Inteligencia (C5i) del Ministerio de Defensa, que está en funcionamiento desde abril, del que se dijo que tendría como misión inmediata ofrecer en tiempo real datos sobre el coronavirus. Esta estructura, dotada de equipos de última generación, como computadoras, teléfonos, pantallas de diversos tamaños, espacio suficiente y un personal especializado, en esta etapa sería responsable de dar seguimiento a quejas, llamadas y denuncias relacionadas con el Covid 19.

Y en la dirección de esos esfuerzos, el Gobierno ha contratado personal al que se le supone una alta cualificación para afrontar exitosamente la pandemia. Entre los profesionales contratados figura el doctor Amado Alejandro Báez, a quien se le designó, mediante el Decreto 140-20, asesor del Poder Ejecutivo en salud pública y sistemas de desastres, emergencias masivas y cuidados críticos.

Indiscutiblemente que algo está fallando, por lo que se requiere de una revisión urgente de las estrategias, al margen de que la sociedad dominicana vive un proceso de transición gubernamental que culminará en apenas dos semanas. Cada vida humana tiene un valor incalculable; se requiere, con urgencia, reducir el número de muertes producidas por el nuevo coronavirus.

El virus actúa muy rápido y cualquier demora en su detección puede resultar fatal. Y es por eso que la información oportuna es vital para la toma de las decisiones correctas, pero ésta no emana ni del C5i, ni de los asesores.

Aunque se reconoce que mucha gente ha tomado el Covid 19 como si se tratara de un juego, se impone extremar las medidas y la educación a la población.

Ni debe haber secretismos. Estamos ante una verdadera crisis, pero con el agravante de que no se ofrece el verdadero antídoto: la información verídica y oportuna. Esto es lo único que permitirá mitigar el impacto del coronavirus.