He estado informando sobre el coronavirus durante el último año; ahora mi misión es averiguar cuáles han sido las prioridades para combatir el virus de los líderes mundiales y los funcionarios de salud en cuatro continentes.
Los hallazgos más importantes que he realizado son cuatro áreas clave que han sido más efectivas para contener la propagación del virus y prevenir muertes.
- Acción temprana y efectiva para controlar las fronteras y monitorear las llegadas de viajeros
- Prueba, seguimiento y localización de todos los casos sospechosos de infección
- Asistencia social para quienes están en cuarentena para así contener el virus
- Liderazgo eficaz y mensajes públicos coherentes y oportunos
Nadie puede afirmar haberlo hecho todo bien. Pero los pasos que se enumeran a continuación muestran las políticas alrededor del mundo que han demostrado ser efectivas.
Si los juntamos, tendremos el esquema para el «manual de estrategias para una pandemia»: una guía para manejar futuros brotes de enfermedades infecciosas.
PASO 1: preparación
Stanley Park vive en Seúl, Corea del Sur. Cuando fue al aeropuerto a recoger a su hija, Joo Yeon, no la saludó con un abrazo sino con una mascarilla y una botella de gel desinfectante.
Para Stanley, esta no es su primera experiencia con una pandemia. Recuerda la devastación y el miedo que el brote de Mers trajo al sudeste asiático en 2015.
Es una experiencia de la que su país ha aprendido. El gobierno realizó 48 reformas para reforzar la preparación y respuesta ante emergencias de salud pública. Y estas han dado sus frutos.
Cuando el coronavirus emergió, los funcionarios pudieron aplanar la curva de la epidemia rápidamente, sin cerrar negocios ni implementar restricciones más estrictas a nivel nacional.
Después de su llegada desde Atlanta, Joo Yeon completó una cuarentena de dos semanas en la casa de sus padres, descargó una aplicación que rastrea sus movimientos y recibió seis llamadas de control de las autoridades. Se tomó su cuarentena tan en serio que «ni siquiera fue al jardín, por si acaso».
«Desde el principio, implementamos medidas de prevención exhaustivas para evitar que vuelva a ocurrir lo mismo: la historia se repite», dijo el primer ministro Chung Sye-kyun.
PASO 2: prueba, seguimiento y localización
«Es un gran desafío en este momento, no tengo idea de si los pacientes que veo tienen coronavirus o no», le dijo a Panorama en marzo de 2020 David Hodges, un médico del noreste de Inglaterra. «Podríamos tener cientos de casos que no se han registrado.»
La mayoría de los países del este de Asia comenzaron a rastrear casos en enero de 2020.
En Corea del Sur, hospitales como Yangji, en el distrito Gwan-Ak de Seúl, fueron designados para manejar covid desde la prueba hasta el tratamiento.
Aquí, las personas ni siquiera necesitan ingresar al edificio: se les hace la prueba con el brazo extendido en una cabina especial completamente sellada.
El hospital procesa todas sus propias pruebas in situ y los resultados suelen estar disponibles en cuatro o cinco horas.
A una calle del hospital, un equipo de seguimiento y localización realiza el seguimiento de cada caso sospechoso.
El equipo lleva a cabo un análisis detallado, casi forense, y tiene acceso a datos de tarjetas de crédito y teléfonos móviles.
Monitorea las cámaras en todo el distrito, enviando equipos a la comunidad para rastrear las calles cuando ve algo que les preocupa.
El primer ministro Chung Sye-kyun se hizo cargo personalmente de la situación antes de que el país incluso tuviera un caso confirmado de covid, dando prioridad a los tres factores esenciales: prueba, seguimiento y localización.
«Al aplicar esa estrategia, hemos logrado un resultado bueno y significativo», declaró Sye-kyun.
El número de muertos en Corea del Sur, un país de 52 millones de habitantes, asciende a 1.693.
PASO 3: ayuda para cuarentena
«Hacer que la gente se quede en casa es la razón principal por la que hemos podido contener la covid», dice Usha Kumari, trabajadora de salud comunitaria en Kerala, India.
Usha es una de los 30.000 activistas de salud social acreditados, conocidos como trabajadores de Asha.
El papel de Usha ha sido garantizar que todos los que necesitan aislarse en su área lo hagan.
Ella les hace sus compras, recoge sus medicinas y todo lo que puedan necesitar, para que así no salgan de casa.
El apoyo para los que se aíslan no termina ahí. Las cocinas comunitarias han estado proporcionando hasta 600 comidas gratuitas cada día para personas que se autoaíslan en sus hogares o en hospitales y se han ofrecido servicios de salud mental desde el comienzo de la pandemia.
Se ha proporcionado ayuda financiera y, en algunos casos, las cuentas pendientes de pagar se congelaron temporalmente.
La ministra de salud de Kerala, KK Shailaja, aprendió lecciones importantes hace tres años al lidiar con el mortal virus Nipah y las ha aplicado para abordar la covid.
Insiste en que al garantizar el apoyo a los que se autoconfinan, los funcionarios pudieron controlar la propagación y evitar que los hospitales quedaran abrumados.
Con una población de 35 millones de personas, Kerala pasó de tener el mayor número de casos en India en marzo de 2020 a tener una de las tasas de muerte por covid-19 más bajas del mundo.
PASO 4: proteger a los ancianos
A principios de abril, la doctora Lisa Federle comenzó a realizar pruebas en residencias de ancianos en la ciudad de Tübingen, en el estado de Baden Württemberg, en Alemania, para evitar infecciones del virus y permitir la entrada de visitantes.
El alcalde de la ciudad, Boris Palmer, pensó: «Tenemos que construir un escudo de protección especial para las personas que corren mayor riesgo».
Había visto el impacto del virus en Italia y España en el grupo demográfico de mayor edad. «Estas son las personas más mayores, por lo que necesitamos una protección especial para ellas».
Palmer utilizó su presupuesto local para priorizar la atención y el apoyo a la población anciana de la ciudad, incluido un servicio de taxi subsidiado, mascarillas gratuitas entregadas a los hogares y horarios especiales de compras.
Eso supuso que el hospital universitario de la ciudad recibiera menos pacientes de covid-19 y no se viera obligado a cancelar otros procedimientos médicos.
Los ancianos han sido una de las mayores víctimas de la pandemia y, sobre todo en Europa, los que viven en residencias.
PASO 5: una estrategia de vacunación
Más de 26 millones de personas en el Reino Unido han recibido al menos una dosis de una vacuna contra el coronavirus, como parte del programa de inoculación más grande que el país haya lanzado.
Si bien está muy por detrás del líder mundial, Israel, que hasta ahora ha inoculado completamente a más de la mitad de su población, Reino Unido ha tenido un éxito extraordinario con su programa de vacunas.
El éxito del Reino Unido se debe en gran parte a un tremendo esfuerzo de planificación.
El Departamento de Salud y Atención Social comenzó a planificar un programa de vacunación masiva incluso antes de que se confirmara el primer caso de covid-19 en Reino Unido.
En el verano, el gobierno firmó un contrato por 100 millones de dosis de la vacuna Oxford-AstraZeneca y 30 millones de dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech.
La historia es diferente en Europa: la planificación comenzó más tarde y la implementación ha sido lenta.
Solo el 8% de las personas en Europa ha recibido una vacuna hasta ahora, en comparación con el 36% en el Reino Unido.
Los acuerdos de vacunas de Reino Unido se cerraron tres meses antes que los de la Unión Europea.
La situación es aún peor en el mundo en desarrollo. Si bien casi toda Europa y las Américas han comenzado campañas de vacunación, solo un puñado de países africanos lo han hecho.
En Ciudad del Cabo, Sudáfrica, Michael Kuta es una de las muchas personas en los municipios que se ofrecieron como voluntarios para participar en un ensayo realizado por la doctora Linda Gail-Bekker para la vacuna de Johnson & Johnson.
Michael no sabe si recibió la vacuna o un placebo, pero dice que, para él, valió la pena.
«Es la única posibilidad que tengo de recibir la inyección para la pandemia. Para vivir», dice. «Mi familia todavía me necesita».
Muchos países pobres dependen de las entregas de Covax, un esquema dirigido por la Alianza para Vacunas (GAVI) y la OMS, que tiene como objetivo garantizar el acceso de todos a las vacunas.
Reino Unido es el mayor contribuyente, con una donación de casi US$700 millones. Sudáfrica se ha adherido a la iniciativa.
Sin embargo, una estrategia de vacunación debe ser un esfuerzo internacional. En países donde el acceso a una vacuna es limitado, el virus tiene la oportunidad de mutar, como lo ha hecho en Sudáfrica y Brasil, creando nuevas variantes que son más transmisibles y que pueden extenderse al exterior.
Los científicos temen que estas variantes puedan ser más resistentes a las vacunas existentes y, por lo tanto, amenacen a los países que han tenido un despliegue de vacunación exitoso.