RÍO DE JANEIRO.- Las denuncias de corrupción en Petrobras y otros escándalos que implican al PT de la presidenta Dilma Rousseff y al PSDB de su rival Aecio Neves empañaron el final de la campaña electoral, a un día del balotaje en Brasil.
Rousseff, una exguerrillera de 66 años que quiere ampliar con un nuevo mandato los 12 años que lleva el Partido de los Trabajadores (PT) en el poder, programó el sábado una caminata por las calles de Porto Alegre (sur), donde votará el domingo, en un intento por animar a los millones de indecisos que pueden definir el balotaje.
Aecio Neves, un exsenador y exgobernador de 54 años del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), agendó una visita al túmulo de su abuelo, el presidente electo Tancredo Neves fallecido antes de asumir en 1985, en su estado natal de Minas Gerais (sureste), cuyo electorado disputa ferozmente con la presidenta.
Tras la campaña más ajustada y confrontada de la historia reciente de Brasil, Rousseff aventaja por entre seis y ocho puntos a Neves, según las últimas encuestas divulgadas la noche del jueves. Una última ronda de sondeos era esperada este sábado.
Un total de 142,8 millones de brasileños están convocados a las urnas por segunda vez en un mes el domingo, después de la primera vuelta celebrada el 5 de octubre.
Las fuerzas de seguridad se preparaban para garantizar la elección del domingo, especialmente en Rio de Janeiro, donde el desde el viernes fueron desplegados 35.000 miembros de la policía militar, tras ataques contra puestos policiales en varias favelas.
En el país, donde el voto se realiza en más de 530.000 urnas electrónicas llevadas hasta las zonas más aisladas de la Amazonía, la seguridad fue reforzada por efectivos nacionales en 224 ciudades y municipios.
