El presidente Medina admite que en los últimos siete años el Gobierno ha gastado casi US$13,000 millones (¡más de RD$680,000 millones!), alrededor de US$2,000 millones anuales, en subsidios al sector eléctrico, y comoquiera el servicio sigue siendo “malo, caro e inestable”.
Este horror quizás comience a cambiar con dos hechos recientes. Punta Catalina –que afortunadamente será licitada— ya genera y aporta al sistema. La inversión en un gasoducto y transformación de plantas por AES y CEPM ahorrará al país más de US$6,000 millones.
El descalabro financiero tras la quiebra de los bancos en 2003 obligó a revertir la privatización de las distribuidoras.
Desde entonces, su pésimo desempeño es el mayor atrabanco de la economía nacional. Las generadoras operan eficazmente.
La transmisión no requiere ningún subsidio (pese a enormes atrasos de pago de peaje por empresas estatales). Son las tres distribuidoras gubernamentales las que engullen sin consecuencias ese enorme subsidio indicado por el presidente Medina.
Continuar botando dinero es locura. Arreglar las vergonzosas distribuidoras para terminar la pesadilla eléctrica no es imposible.
