Debido a los errores lingüísticos, la Academia Dominicana de la Lengua, institución dedicada a la defensa y promoción del buen uso de nuestro idioma, ha venido haciendo esfuerzos para que en la Constitución de la República se puedan realizar las rectificaciones necesarias para que esta sea redactada en un lenguaje correcto, claro y comprensible para todo el pueblo.
Sé que los legisladores tienen correctores de estilo, pero esto no basta. Son tantos los yerros que contiene que el académico de número de la academia, Fabio Guzmán Ariza, en su obra El lenguaje de la Constitución dominicana, indica que el 88 % de los artículos de la Constitución (245 de 277) contienen faltas sintácticas, ortográficas y léxicas.
Se precisa entonces dar otro paso.
La Academia Dominicana de la Lengua se ha puesto a disposición del Poder Ejecutivo y de las cámaras legislativas para colaborar con la mejora del texto. Le recomiendo al presidente Abinader que designe dos miembros de dicha academia para que, trabajando honoríficamente, puedan realizar las correcciones del anteproyecto de reforma constitucional que propone el presidente, para la adecuada limpieza del lenguaje.
Igualmente, sería conveniente aprovechar esta oportunidad para que se añada al propósito de reforma el hacer las correcciones lingüísticas necesarias de la vigente Constitución y de la que resulte aprobada como consecuencia de la preindicada iniciativa presidencial.
Para que esto sea posible puede servir la misma precitada comisión de miembros de la academia y al menos dos legisladores, todos designados por la asamblea revisora de la Constitución.
Tal tarea tomará solo unos días, pues ya hay un trabajo realizado por Fabio Guzmán, su equipo y el de la Academia. Con ello se contribuiría con el mejoramiento de la redacción de la Constitución, aprovechando con ello los conocimientos lingüísticos y la experiencia ya aludidos, para que el texto supremo de la nación refleje de manera clara, precisa y coherente los principios y derechos que en ella se consagran.
Con el uso correcto del lenguaje se hace más entendible la Constitución, se pone en manos de los ciudadanos el texto esencial de nuestro Estado de Derecho y se contribuye con la promoción de uno de los pilares de la política panhispánica, que lo es el lenguaje claro que auspician la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, de la cual forma parte nuestra academia dominicana.