En medio del «peor momento» desde que comenzara la pandemia en Reino Unido, el país dio un vuelco llamativo a su estrategia de vacunación que ha atraído la atención del mundo entero.
Cuando decenas de miles de británicos esperaban la segunda dosis de la vacuna de Pfizer, las autoridades médicas cancelaron sus citas y ampliaron a 12 semanas en vez de 21 días el tiempo recomendado entre la primera y la segunda dosis.
La decisión ha generado preocupación y opiniones divididas en la comunidad científica internacional.
Los defensores dicen que la mayor parte de la inmunidad se consigue tras la primera dosis y que es posible espaciar más la segunda. Argumentan que así se daría una protección suficiente a mucha más población cuanto antes.
Pero a otros les preocupa que esta demora altere la eficacia de la vacuna o, peor, que dé más tiempo al virus para mutar y volverse más resistente.
«Supongo que esta decisión de Reino Unido atiende a las urgencias que tienen por la complicación de la pandemia. A mí me deja dudas», dice Amós García Rojas a BBC Mundo, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Reino Unido declaró este lunes su tercer confinamiento nacional desde marzo y el primer ministro, Boris Johnson, aseguró que «lo peor está por venir».
Gran parte del mundo ya comenzó a vacunar en medio de uno de los momentos más críticos de la pandemia a nivel global.
Mientras, el debate sobre cómo inmunizar a la población y volver a la normalidad cuanto antes está servido sobre la mesa.
Otra hoja de ruta
Cuando Pfizer y BioNTech presentaron los resultados de los ensayos clínicos de su vacuna, aseguraron que esta era más de un 90% eficaz tras administrarse dos dosis separadas por 21 días.
Reino Unido comenzó a vacunar a su población el 7 de diciembre siguiendo estos protocolos, pero cambió su hoja de ruta y ha comenzado a ofrecer la segunda dosis 12 semanas después de la primera, cuatro veces más tarde de lo recomendado por el fabricante.
«No existen datos para demostrar que la protección tras la primera dosis se sostiene después de 21 días», dijeron Pfizer y BioNTech en un comunicado reciente al respecto.
Reino Unido ya ha vacunado a más de un millón y medio de británicos con el compuesto de Pfizer y el de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, aprobado el pasado 30 diciembre.
La vacuna de Oxford también se administra en dos dosis, pero en este caso parece ser más efectiva con un intervalo mayor entre las mismas en comparación con la de Pfizer.
Las autoridades británicas decidieron que «es mucho más preferible» lograr que más personas estén vacunadas con la primera dosis y afirman que la «gran mayoría» de la protección inicial se desarrolla tras la primera inyección.
De hecho, defienden que la segunda dosis es más bien importante para la duración de la protección y que «un intervalo apropiado puede incluso aumentar la eficacia de la vacuna».
Críticas
La postura de las autoridades británicas ha generado varias críticas dentro de su frontera y alimentado un debate internacional.
La Asociación Médica Británica, por ejemplo, calificó como «groseramente injusto» haber cancelado la cita de pacientes que habían recibido la primera dosis y les tocaba pronto la segunda.
Entre estos pacientes se encuentran parte de los colectivos más vulnerables al virus, como los mayores de 80 años y el personal sanitario.
Por otra parte, la Asociación de Doctores de Reino Unido, en una carta remitida a Matt Hancok, el ministro de Sanidad, expresó sus «graves y reales preocupaciones sobre los cambios repentinos en el régimen de la vacuna de Pfizer porque no siguen las recomendaciones de la ciencia».
A Estados Unidos también llegó el debate, pero descartan adoptar la estrategia de Reino Unido.
«Hemos seguido las discusiones sobre reducir el número de dosis, cambiarla, extender el tiempo entre las mismas o mezclar vacunas para así inmunizar a más personas contra la covid-19», dijeron en un comunicado los doctores Stephen Hann y Peter Marks, quienes lideran la división de vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.
El escrito admite que «todas estas cuestiones son razonables durante los ensayos clínicos».
Sin embargo, considera que cambiar la estrategia ahora «sin los datos apropiados» pone en «riesgo» la salud pública y «socava» los esfuerzos para fabricar las vacunas contra la covid-19.
¿Qué dice la OMS?
Este 5 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció al respecto y recomendó administrar la segunda dosis de la vacuna de Pfizer -en este caso la que más países han comenzado a utilizar- «entre 21 y 28 días», pero que en casos excepcionales podría aumentarse hasta los 42.
Las recomendaciones fueron emitidas por el Grupo Asesor Estratégico de Expertos (SAGE).
«Aunque desconocemos los datos de seguridad y eficacia tras una primera dosis, recomendamos que en estas circunstancias excepcionales los países retrasen la segunda dosis unas semanas para maximizar el número de individuos que se benefician de la vacuna», señaló Alejandro Cravioto, presidente de SAGE, durante una rueda de prensa.
Otro de los expertos del grupo, Joachim Hombach, admitió que el intervalo podría incluso a ampliarse hasta un máximo de seis semanas, apenas la mitad de lo implantado por Reino Unido.
«Dudas y riesgos»
«En una pandemia hay que respetar los protocolos. Y los de Pfizer dicen que la inmunidad se genera con una dosis hoy y la siguiente a los 21 días», opinó García Rojas, presidente de la AEV, para BBC Mundo.
El experto, sin embargo, entiende que la situación de Reino Unido «es muy complicada» por el rápido aumento de casos y la presión hospitalaria.
«Buscan generar mayor inmunidad, pero reitero que debe respetarse la ficha técnica de las vacunas y apoyarse en los datos disponibles. Es confuso para la ciudadanía y riesgoso», apunta García Rojas.
José Manuel Bautista, director del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid en España, tiene otros temores.
Puede ser un fatídico error retrasar la 2ª dosis de la vacuna Pfizer.
Se podrían generar mutantes de escape del virus por la presión de anticuerpos relativamente baja de la 1ª dosis.
Creo que es importante administrar la 2ª dosis sin demora
— José Manuel Bautista (@1000genes) January 3, 2021
«Lo que más me preocupa de la estrategia que adopta Reino Unido es que en las 12 semanas entre la primera y la segunda dosis se produzcan escapes de mutaciones del virus que reduzcan la eficacia de la vacuna», explica Bautista a BBC Mundo.
Las mutaciones de los virus son frecuentes y muchas no tienen efecto, pero la tercera ola de infecciones que sufre Reino Unido se apunta a una variante más contagiosa del patógeno, aunque de momento esta no es más letal ni resistente a las vacunas.
«La decisión de Reino Unido es salomónica y tampoco puede decirse que esté mal. Es cierto que ya la primera dosis genera una respuesta beneficiosa, pero en mi caso no asumiría ese riesgo por el temor a las mutaciones», opina Bautista.