El personal en la frontera boliviana con Brasil redobla esfuerzos para contener el avance de los contagios.
Cierre de fronteras, aislamientos de poblaciones, rastreos genéticos y temor extendido en al menos tres países que limitan con el Estado brasileño.
Bolivia, por ejemplo, anunció el pasado jueves que su extensa frontera con Brasil, que es más larga que la de Estados Unidos con México, queda cerrada de forma temporal como medida para frenar el avance de la covid-19 hacia su territorio.
Al menos seis poblaciones y diferentes puentes compartidos que sirven de paso de un país a otro ya ejecutaron la medida.
El gobierno boliviano no es el único que en las últimas dos semanas toma medidas extraordinarias para contener el aumento de contagios en sus territorios colindantes.
Uno de los motivos señalados por las autoridades y los expertos es el temor a que se produzcan brotes masivos del coronavirus relacionados con la llamada variante brasileña (identificada como P.1) y considerada altamente contagiosa.
Sin embargo, el problema con el que tropiezan en estos países son las dificultades para realizar estudios a gran escala de vigilancia genética, los que son capaces de confirmar la presencia de nuevas variantes y dar una idea de cuán extendidas están en las zonas fronterizas.
La preocupación de Perú
El 25 de marzo, el ministerio de Salud de Perú presentó un informe en el que se señala que se detectó la expansión de la variante brasileña en el territorio.
Desde que esta nación confirmó casos detectados en su frontera, comenzó a recabar muestras haciendo énfasis en la provincia de Loreto (norte), donde se hallaron los primeros contagios hace dos meses.
Y tras los más recientes resultados, el gobierno adelantó que incrementará el rastreo de nuevas variables.
Además, se confirmó una expansión hasta diferentes zonas de Lima.
El muestreo realizado en diferentes distritos limeños arrojó que al menos un 39,5% de la muestra tomada es de casos con la P.1.
Por su parte, las autoridades locales de Loreto reclaman mayores pruebas y rastreo genético ante el temor a un desborde de la enfermedad.
«En esta segunda ola los casos han aumentado muy rápido, al igual que la letalidad. La enfermedad se muestra agresiva y la sintomatología es distinta», indicó el director de Salud de Loreto, Carlos Calampa, citado por el portal peruano de noticias de La República la anterior semana.
Colombia tiene aislada a Leticia
Cierre de pasos terrestres y vuelos restringidos para aquellos que quedaron varados.
Así se encuentra Leticia, capital del departamento colombiano del Amazonas.
Su aislamiento en esa región también está relacionado con la proximidad que tiene con territorio brasileño.
Al respecto, el gerente presidencial de Fronteras colombiano, Lucas Gómez, apunta a BBC Mundo que en el departamento del Amazonas, además, se dispusieron campañas de mayor control epidemiológico y vacunación.
Por ejemplo, todos aquellos partícipes en los vuelos especiales deben someterse al menos a dos pruebas PCR y serán vacunadas.
«Con estas medidas se redujo el flujo y como las fronteras son porosas se mantiene a Leticia bajo aislamiento», indicó.
Sin embargo, la autoridad indica que hay diferentes pasos por los que pueden ingresar personas contagiadas desde Brasil por Venezuela o Ecuador.
El aislamiento determinado por el gobierno fue cuestionado por diferentes líderes locales y uno de sus representantes en el Congreso, quien sostiene que existen «ciudadanos leticianos atrapados en Bogotá y viceversa con los turistas atrapados en la ciudad de Leticia».
«No tenemos comunicación con el resto del país porque los servicios de internet y telecomunicaciones están colapsados en la región. No tenemos acceso a la virtualidad educativa, comercial ni institucional», indicó el congresista Alfredo Vásquez.
Mientras, la Organización de Naciones Indígenas dio a conocer que está en alerta por las comunidades asentadas en los alrededores de Leticia ante la amenaza de los contagios en el otro lado de la frontera.
Colombia es uno de los países que mantiene sus fronteras cerradas, incluyendo la brasileña.
El temor en las poblaciones
La preocupación en las zonas limítrofes de Colombia y Perú también es señalada en Bolivia.
Así lo expresa el jefe de Epidemiología del Servicio de Salud del departamento de Santa Cruz, Carlos Hurtado, cuando expresa el temor que hay entre vecinos y personal sanitario ante la «inminente» confirmación de la aparición de la variante P.1.
«La situación es muy preocupante y la gente convive a diario con el miedo en nuestras fronteras», señala el directivo a BBC Mundo.
Hurtado relató un caso reciente referido al ingreso a la región de una persona que arribó desde Brasil y derivó en el contagio y fallecimiento de sus padres. Además se detectaron 28 casos confirmados de personas que estaban en el mismo matrimonio al que esa familia llegó a asistir.
«Ese brote de hace una semana tiene las características de ser producto de la nueva variante», afirma.
Otra situación reportada en los últimos días es la de vecinos que optaron por cerrar los negocios de su propiedad -y que eran frecuentados por brasileños que cruzan la frontera a realizar sus compras- por temor a contagiarse.
Bolivia es uno de los países que no reportó la aparición de la variante P.1, aunque Carlos Hurtado señaló que fueron enviadas muestras de casos recientes a laboratorios de Argentina y Brasil y «seguramente ya está presente y solo resta confirmarla».
Además del cierre de fronteras, que permite el paso de residentes por un margen de tres horas diarias bajo estrictos controles, también quedó abierta la posibilidad de encapsulamiento de poblaciones en frontera donde existan casos de la variante P.1 confirmados.
Además de los países mencionados, Argentina ratificó que mantiene sus fronteras cerradas al turismo internacional y aprobó una medida en vísperas de Semana Santa para suspender todo tipo de vuelos desde Brasil, Chile y México.
La intención es desacelerar los viajes de argentinos al exterior.
Ecuador, por su parte, declaró estado de excepción en numerosas de sus regiones ante la posibilidad de nuevos brotes.
Hasta finales de marzo, 37 países del mundo confirmaron casos detectados con la variante brasileña, de acuerdo al reporte epidemiológico de la Organización Mundial de Salud.
¿Qué está pasando?
Para el experto en microbiología molecular Pablo Tsukayama, lo que atraviesan los países vecinos a Brasil es una reacción lógica debido a las enormes dificultades que supone cerrar fronteras tan extensas.
«No tenemos evidencia directa, pero estamos teniendo más infecciones por día. Eso puede responder a que exista una variante más contagiosa. Uno puede fortalecer los protocolos, pero las fronteras son muy grandes. Es casi inevitable que llegue«, indica.
El experto, quien es profesor en la Universidad Cayetano Heredia de Perú, explica que las variantes tienen una circulación que obedece a los flujos de movimiento de las poblaciones. «Por eso existe una amplia posibilidad de llegada a Lima de la P.1, por ejemplo».
Tsukayama concluye indicando que lo urgente es obtener más información a través de análisis y rastreo genético para que los países fronterizos no permanezcan en la incertidumbre ante el posible avance de la variante brasileña.