Si una fuga cuando tienes el periodo es una de las cosas que más te preocupa, un amplio estudio concluyó, entre otras cosas, que las copas menstruales son tan fiables como los tampones o las toallas higiénicas.
Las copas menstruales se encajan en la vagina y recogen la sangre de la menstruación. Pero, a diferencia de los tampones, son reutilizables.
Aunque han ganado popularidad, el estudio halló que las copas menstruales no son tan conocidas entre las mujeres.
El trabajo, publicado en la revista Lancet Public Health, analizó 43 estudios con 3.300 mujeres y niñas que viven en países ricos y pobres.
Las preocupaciones más habituales a la hora de probar una copa menstrual iban desde el dolor y la dificultad para ajustarlo bien o retirarlo, así como otras inquietudes relativas a fugas y roces.
Pero la revisión encontró que las complicaciones se daban poco.
Los resultados de 13 de los estudios revelaron que aproximadamente el 70% de las mujeres quieren continuar usando copas menstruales una vez que se familiarizan con la forma cómo se usa.
Cuatro estudios, en los que participaron casi 300 mujeres en total, compararon las pérdidas que se daban mientras se usa una copa menstrual y las que ocurren con compresas desechables o tampones.
El nivel de fugas fue similar en tres de los estudios y significativamente menor entre las copas menstruales en un estudio.
«A pesar de que existen 1.900 millones de mujeres en todo el mundo en edad de menstruar y que pasan un promedio de 65 días al año con el flujo sanguíneo menstrual, hay pocos estudios que comparen productos sanitarios», explicó la profesora Penelope Phillips-Howard, de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, autora principal de la investigación.
Costo de la copa menstrual
Entre los 12 y 52 años, una mujer que no tenga hijos tendrá alrededor de 480 períodos.
¿Son más baratas las copas menstruales que los tampones o las toallas sanitarias?
Una copa cuesta entre US$18 y US$31, que es una cifra muy superior a una caja de tampones, pero se puede reutilizar cada mes y dura hasta 10 años, lo que la convierte en una opción rentable a largo plazo.
Al ser reutilizables, en lugar de desechables, las copas menstruales también se consideran una opción más ecológica para el medio ambiente que los tampones y las toallas sanitarias.
Los investigadores creen que hacer las copas menstruales disponibles a nivel mundial podría ayudar a abordar la falta de acceso a productos sanitarios y los problemas de salud relacionados, como las infecciones.
Funcionan incluso cuando el agua y los baños no están disponibles o no son suficientes.
¿Cómo funcionan?
Las copas menstruales están hechas de un material suave y flexible, como goma o silicona.
Una vez que se insertan en la vagina, crean un sello de succión que impide la filtración de sangre.
Recogen más sangre menstrual que los tampones o toallas sanitarias, pero se deben vaciar y lavar con regularidad.
Hay dos tipos principales: una copa vaginal con forma de campana que se sitúa en la parte baja de la vagina, y una copa cervical que se coloca más arriba, como un diafragma de anticoncepción.
¿Cómo usarlas?
Lo primero es encontrar el tamaño que mejor se adapta a nuestro cuerpo.
El tamaño no tiene que ver con que el flujo menstrual sea mayor o menor.
Asegúrate de que la copa está limpia y seca antes de usarla.
Ahora dobla la copa e introdúcela en el interior de la vagina.
Al colocarla, la copa se desplegará y formará una zona segura a prueba de fugas.
Para quitarla, tienes que apretar la parte inferior de la copa.
Vacía el contenido en el inodoro y enjuague o limpie la copa.
La recomendación es esterilizarla entre periodos.
¿No te gusta?
Hay muchas marcas diferentes disponibles, pero la copa menstrual puede no ser para todas.
Podría llevarte varios intentos llegar a sentirte segura al usar una.
«Hay toda una gama de productos y merece la pena ser perseverante para encontrar la que más se ajusta a nosotras», explicó Debra Holloway, enfermera asesora en ginecología y miembro del Royal College of Nursing de Reino Unido.
Lo que usan las mujeres debería ser una elección personal, dicen los expertos.
Pero es necesario aportar consejos y pruebas con la información necesaria para tomar esta decisión
El año pasado, la estudiante universitaria Claudia Neuray contó para la BBC su experiencia usando una copa menstrual como parte de un desafío para ser más ecológico.
Quería «reducir los desechos y ahorrar dinero«.
«Mis compañeros de piso pensaron que era un poco asqueroso, pero cuando me acostumbré descubrí que era igual de bueno», dijo.