Ito Bisonó, ministro de Industria, Comercio y Mipymes, es muy atacado por explicar cómo bajar el precio de los combustibles durante la campaña.
¿Que no bajó nada? ¿Y cómo, si el precio del petróleo sigue subiendo? Su origen balaguerista disgusta a recalcitrantes perremeístas que creen que el gobierno enterito debe ser sólo suyo.
Afortunadamente, el presidente Abinader discrepa. Ito, fino político con prometedor futuro, a mi juicio prestigia el gabinete.
Empresario y licenciado en ciencias políticas, posee garra y experiencia de Estado. Recientemente denunció que no pagará prestaciones a los integrantes de nominillas que cobraban sueldos ilegalmente sin trabajar, decisión que merece aplausos.
También que las zonas francas recuperaron más de 20,000 empleos y las exportaciones aumentaron pese a la pandemia.
Hace pocos días, dijo estar desmantelando las mafias de los combustibles atacando el tráfico ilícito, digno de encomio.
Ante atisbos de control de precios, gracias a Dios que Ito, con conciencia empresarial, está en el gobierno. Cualquier afán cacoerrolístico –como contrariar los mercados— le podría dañar el invento a Luis.