Quiero agradecer grandemente al diputado Ito Bisonó del Partido Reformista, proponente de la ley de control de armas de fuego por aclarar el alcance de su idea reformadora de un fenómeno que invade y amenaza las entrañas de la nación dominicana: las armas de fuego.
Admiro el denuedo con que nos explicó en un panel de televisión los elementos y el alcance de su propuesta, en la triple dimensión de nuevos límites a la regulación de las armas, el régimen de sanción para sus perpetradores y lo más importante, la educación de la cultura de no-proliferación de armas de fuego.
Para que nadie quede perplejo de lo que realmente se trata en esta propuesta, paso a indicar los principales contenidos, según pude observar:
1) Crear penas a los violadores de la normativa del uso del armas de de fuego no va a surtir efectos;
2) Combatir el tráfico ilícito de armas de fuego, que pone en riesgo a los ciudadanos dominicanos;
3) Prevenir y reducir la violencia con armas de fuegos;
4) Prevenir y reducir el manejo y uso de armas de fuego para lograr la paz colectiva de la sociedad dominicana;
5) establecer una clasificación general de armas: a) las prohibidas, restringidas, de uso civil, así como las armas de destrucción masiva, atómicas, químicas y biológicas.
Por primera vez se establece el tema de las armas prohibidas y proscritas por el Estado dominicano;
6) Realizar el marcaje de las armas de fuego y municiones, por parte del Ministerio de Interior y Policía, a través de reglamentos;
7) Regulación del sector comercial con el otorgamiento estricto de licencias para el comercio con armas de fuego y municiones. Además exige la contratación de una póliza de seguro de vida y de daño a terceros,
8) Prohibir a las personas que han sido condenadas por delitos como narcotráfico y lavado de activos, a dedicarse a la comercialización de armas de fuego, iguales requerimientos se observan en las licencias para la importación de armas de fuego y municiones.
Por nuestra parte, creemos que la regulación de las armas de fuego y la reforma son alternativas de cambio riesgosas, pero necesario.
La delincuencia organizada, por lo general, actúa en bandas, cuenta con armamento de guerra, con una logística bien estructurada (grupos de apoyo, autos, chalecos antibalas, etc.), planifica sus actos delictivos (reglajes, obtienen información antes de cometer el delito).
La delincuencia común, en cambio, es más informal y menos sofisticada, con las armas ilegales. La verdadera calidad de vida de los ciudadanos depende de la labor policial eficiente, si ésta deja de lado la influencia negativa de la subcultura policial.
En consecuencia, se corre el riesgo todavía de que este proyecto de regulación de armas no sea compatible con la reforma policial.
Las armas de fuego son un problema criminológico en la medida en que estemos dispuestos a un intercambio de experiencia; en ese sentido, todo nuestro apoyo al querido legislador.