Francia suspendió a su cónsul honoraria en la ciudad portuaria de Bodrum, en Turquía, después de que un reportaje de televisión mostrara que una tienda que le pertenece le vendió botes y chalecos salvavidas a inmigrantes que buscaban llegar a las islas griegas.
La filmación, hecha en secreto por el canal France 2 TV, muestra a Francoise Olcay vendiendo los productos.
De acuerdo con las Naciones Unidas, 124.000 personas han llegado por mar a las costas de Grecia en los primeros siete meses de 2015.
Olcay dijo que, independientemente de si ella los vendía, los productos iban a ser comprados en otra parte.
Tras admitir que participó en la actividad comercial, aseguró que las autoridades turcas también estaban involucradas.
Olcay indicó que otros iban a tomar su lugar si dejaba de vender los suministros para los migrantes.
Bandera francesa
El corresponsal de la BBC en París, Hugh Schofield, señaló que aunque los cónsules honorarios no son miembros del cuerpo diplomático de un país, la noticia es un motivo de vergüenza para el ministerio de Relaciones Exteriores de Francia.
El equipo de la cadena francesa, que sacó a la luz la información sobre Olcay, estaba haciendo un reportaje sobre los lugares donde los migrantes en Bodrum compran sus suministros.
Su investigación lo llevó a una tienda grande, con una bandera francesa afuera y un cartel en la entrada que decía: «Cónsul honoraria de Francia».
Olcay confirmó que ella era la cónsul y que vendía los botes a los migrantes pese a saber que su travesía podría terminar en un desastre.
También le dijo al reportero que aunque estaba mal todo el mundo lo hacía.
La trágica foto
Miles de refugiados han usado Bodrum como la puerta de salida rumbo a Europa.
Sin embargo, periodistas que cubren la ciudad aseguran que el número de salidas nocturnas desde ese puerto ha caído ligeramente, después de que la policía turca intensificó el patrullaje de la zona.
Se cree que la medida se debe a la conmoción mundial que generó la foto del niño kurdo Alan Kurdi, en la cual se ve el cuerpo del pequeño boca abajo en la orilla de la playa de Bodrum.
El niño de tres años se ahogó junto a su madre y sus hermanos de cuatro y nueve años respectivamente, en su intento por llegar a la isla griega de Kos. Su padre sobrevivió.
Las fotos del cuerpo del niño además de provocar la condena mundial, dejaron al descubierto los peligros que enfrentan los inmigrantes al cruzar el Mediterráneo.
