La Reserva Federal de EE.UU. anunció en junio la mayor subida de las tasas de interés en casi 30 años.
La última vez que la Reserva Federal estadounidense subió los tipos de interés de forma tan agresiva como estamos viendo estos meses, el FMI tuvo que rescatar a México.
Al resto de economías de América Latina no les fue mucho mejor.
Porque cuando el Banco Central estadounidense aprieta, la región se ahoga.
Los expertos auguran que ahora tampoco va a ser distinto y cada economía va a sentir de forma distinta la fuerte subida de tipos de interés de la Reserva Federal, que en solo 3 meses aumentó la tasa de referencia a un rango entre 1,5% y 1,75%.
El objetivo es luchar contra una inflación desbocada, la más alta en más de 40 años, pero el peligro es que al tratar de contener la subida de precios, la economía estadounidense entre en una recesión arrastrando al resto del mundo.
Es cierto que no todo son malas noticias.
Kirstie Spence, gestora de renta fija en Capital Group, recuerda que «algunos países en América Latina han estado algo protegidos frente a la subida de los precios de los alimentos, ya que producen localmente y son menos dependientes del trigo y los cereales».
Unos más preparados que otros
Además, hay países que llevan tiempo preparándose para este escenario.
Pero, ¿cuál está mejor colocado? ¿quién podrá hacer frente al entorno económico que se viene sin que sus ciudadanos sientan el golpe?
«Las economías que están mejor preparadas para hacer frente a los aumentos de la Fed son aquellas con niveles moderados de deuda y déficit fiscal, tipos de cambio flexibles y requisitos modestos de financiamiento externo», explica a BBC Mundo Caludia Calich, gestora de renta fija emergente de M&G Investments.
Dentro de América Latina, eso incluiría países como Perú, Guatemala y Paraguay.
Por el contrario, para la analista, los peores preparados serían El Salvador y Bolivia.
¿Y qué pasa con el resto?
Repasamos quienes podrán afrontar la situación que se viene con más calma y cuáles de las principales economías podrían verse en apuros.
México
Lo que sucede cuando la Fed eleva los tipos de interés es que los inversores retiran su capital de mercados con riesgo para colocarlo en inversiones más seguras, como la deuda de Estados Unidos.
El endurecimiento de las condiciones financieras mundiales significa a grandes rasgos que los inversores ganan más o más seguro en otro lado y se llevan a otra parte el aceite que permite a los engranajes de una economía funcionar a toda máquina: el dinero.
«Un cambio de dirección de los flujos de capital expone los desequilibrios«, afirma David Rees, economista senior de mercados emergentes de Schroders.
«Las salidas de capital hacen que los déficits ya no puedan financiarse, lo que, combinado con unos tipos de interés más altos, conduce a la recesión».
«En la crisis del peso mexicano en 1994 las vulnerabilidades externas quedaron expuestas cuando la Fed subió los tipos agresivamente y en un momento de cambio político», recuerda Rees.
Pero ya no estamos en la década de los 90 y la segunda economía más grande de Latinoamérica, coinciden los analistas, ha estado haciendo bien las cosas.
De momento el país goza de una situación fiscal equilibrada.
«La economía de México está mucho mejor que durante la crisis del tequila-como se llamó la crisis de 1994-. Esta vez, los amortiguadores externos son fuertes. La deuda en divisa es baja y el peso mexicano flota libremente», explica Edward Glossop, economista de Abrdn.
«Como tal, la economía ciertamente debería poder salir adelante sin una crisis«, añade.
Y es que a diferencia de otros países de Latinoamérica, el gobierno mexicano decidió no estimular la economía durante la pandemia y por eso la situación fiscal «no se ha deteriorado mucho».
De hecho, dice Patricia Urbano, gestora de fondos en Edmond de Rothschild AM, su posición es sólida.
Eso significa que el Banco Central de México tiene cierto margen de maniobra para poner en marcha algunas medidas.
Además, «las exportaciones mexicanas están ganando cuota de mercado entre lo que importa Estados Unidos y la inflación es moderada«.
«Si miramos a largo plazo, se espera que la economía mexicana se beneficie de la tendencia a la deslocalización, en la que Estados Unidos está diversificando su cadena de suministro y disminuyendo su dependencia de China», afirma Urbano.
Las minas chilenas sufrieron parones durante la pandemia
Chile
La minería ha convertido a Chile en el mayor exportador de cobre del mundo, pero la pandemia de coronavirus ralentizó la producción.
En un contexto de subida de tipos desde Estados Unidos, Chile suele obtener mejores resultados en términos relativos que otros países de Latinoamérica.
Eso se debe a «que la economía chilena está más relacionada con China y con la cadena de suministro de los vehículos eléctricos, debido a su papel no solo de gran exportador de cobre sino el más barato», dice Urbano.
Si Estados Unidos se desacelera, Chile sufrirá pero sus lazos con China pueden hacer de amortiguador.
Además, la experta de Edmond de Rothschild AM, recuerda que el gobierno chileno está poco endeudado.
Pero Chile también ha acumulado desajustes externos y dado que necesita comprar su energía en el exterior «esto podría provocar un mayor deterioro del déficit por cuenta corriente», cree el economista de Schroders David Rees.
Colombia
«En Latinoamérica, la economía peor preparada es Colombia, que tiene un elevado déficit gemelos», dice Urbano.
Los déficits gemelos hacen referencia a un desequilibrio macroeconómico, donde un exceso de gasto debe financiarse con otro déficit: el de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Los extranjeros financian el mayor gasto.
«A pesar de que Colombia es un productor de petróleo y los precios altos del petróleo durante más tiempo podrían apoyar su economía, el país tiene grandes desequilibrios», añade la economista.
«Colombia necesita reformas estructurales para disminuir sus déficits fiscales y comerciales. La necesidad de financiación externa es clave», dice.
Compaginar la solución del déficit fiscal con el cumplimiento de las promesas de cambios sociales será un reto importante para el nuevo gobierno de Gustavo Petro.
«La victoria de Petro alimentará la incertidumbre a corto plazo entre los inversores, ya que los mercados temen que pueda alterar la histórica estabilidad regulatoria y el entorno favorable a los negocios de Colombia», dice Jimena Blanco, responsable de la división de Latinoamérica de la firma Verisk Maplecroft.
Para la analista esas dudas serán más fuertes dentro del sector extractivo, ya que Petro se ha comprometido a alejar la economía del país de estas industrias cruciales ahora mismo para su economía.
Y es que la evolución del precio de las materias primas será clave para determinar qué tanto afecta a Colombia que el crecimiento de Estados Unidos se ralentice.
«Una cosa clave a tener en cuenta será hasta qué punto la desaceleración de Estados Unidos va a arrastrar a la baja los precios de las materias primas. Eso debilitaría el comercio con la región y generaría mayores desaceleraciones», explica Rees.
Argentina
Según la ONU, hay 5 países en la región con vulnerabilidades financieras severas: Argentina, Venezuela,Ecuador, Belice y Granada.
«En la lista de los peor preparados, hay candidatos obvios como Venezuela, donde la economía está por los suelos desde hace años», dice Blanco.
En el caso de Argentina, el país «lucha con uno de los niveles de inflación más altos del mundo y recibió uno de los mayores golpes económicos durante la pandemia».
La política y las medidas que puedan adoptarse serán claves para el país, pero «la coalición gobernante no puede establecer un rumbo recto en términos de política macroeconómica», afirma.
Y dado que el país se dirige a otro año electoral en 2023, «cualquier esperanza de una política económica coordinada y sostenible es efímera», explica la analista.