Realizarse perforaciones en el cuerpo ha sido una tendencia desde hace muchos años atrás, siendo esta maniobra más común en personas jóvenes. Lamentablemente una perforación en la lengua no es sólo un adorno, puede acarrear diversos problemas bucales.
Una de las consecuencias más comunes suelen ser las grietas o líneas de fracturas conocidas como “Síndrome del Diente Agrietado”, ocurre porque el piercing choca inesperadamente con los dientes al comer, hablar, dormir, o morderlo; muchas veces este problema se puede resolver de manera sencilla mientras que en otros casos resulta muy tedioso.
Así mismo, los piercings en la cavidad bucal pueden generar reacciones alérgicas en algunos pacientes, mayormente cuando se utilizan metales que no son biocompatibles.
También se pueden desencadenar infecciones, la lengua es un músculo rodeado de muchas bacterias y al existir una perforación es muy probable que esas bacterias accedan al torrente sanguíneo, proliferándose la infección a otras partes del cuerpo.
En algunas ocasiones se puede inflamar la lengua tras una perforación, dificultando la respiración del individuo.
Si de todos modos se decide realizar la perforación es bueno que mantenga una correcta y minuciosa higiene bucal, limpiando el piercing con el cepillo de igual manera que los dientes, utilizando enjuagues antisépticos, y cuidando los movimientos de la lengua para así no golpear los dientes bruscamente.
Dios le bendiga abundantemente.