Barcelona.-El gobierno español tomó las riendas del poder en Cataluña, de acuerdo al artículo 155, sin hallar resistencia del destituido presidente independentista Carles Puigdemont, que ayer viajó a Bruselas después de recibir una querella por rebelión y sedición.
El primer día laboral, ayer, transcurrió en medio de la incertidumbre, desde que el parlamento de Cataluña declaró la independencia el viernes y el gobierno de Mariano Rajoy adoptó medidas destinadas a controlar la región -que gozaba hasta ahora de una amplia autonomía-, dos acciones sin precedentes en la España moderna.
Puigdemont viajó ayer a Bruselas junto a cinco exconsejeros de su Gabinete, que, como él, fueron destituidos el pasado viernes por un decreto del Ejecutivo español para restablecer la legalidad tras la declaración de independencia de esa región.
El viaje de Puigdemont a la capital belga, con escala en Marsella (Francia) se produce después de que el secretario de Estado belga para la Inmigración, Theo Francken, miembro también de los nacionalistas flamencos, afirmase el domingo que el expresidente de la Generalitat tiene la opción de solicitar “asilo político” en Bélgica.
Fuentes gubernamentales belgas afirmaron que, por el momento, no se ha producido ninguna demanda de asilo por parte de Puigdemont ni de los consejeros que lo acompañan.