Conflictos familiares y vecinales en covid-19

Conflictos familiares y vecinales en covid-19

Conflictos familiares y vecinales en covid-19

Alexis Rafael Peña.

En los meses de noviembre y diciembre de 2019, en el exterior estaba ocurriendo situaciones en torno a un virus desconocido. Aun así, en diciembre celebramos las fiestas con familiares, amigos y relacionados. Al empezar enero 2020, muchas felicitaciones y buenos deseos de prosperidad y progreso.

Luego se le coloca el nombre de covid-19. En República Dominicana, llega el primer caso europeo del famoso covid-19. El primero de marzo, acuartelan a un italiano por dar positivo. La historia ya todos la conocen.

Hace varias semanas he estado observando el comportamiento de las familias ahora en cuarentena, en donde la mayoría de sus integrantes están en casa, tal como lo ha establecido el Poder Ejecutivo y Legislativo; ante la pandemia del siglo XXI, el coronavirus.

El cual ha permitido que personas de todas las condiciones sociales (educadas, analfabetas, ignorantes; pobres, muy pobres, media, alta y muy alta); estén unos en sus residenciales, condominios, casuchas, villas y otras categorías; juntos compartiendo vivencias, diálogos, comidas, confrontaciones, oficios, trabajo de las empresas, universidades, escuelas, colegios, iglesias, clubes u otros medios de organización de la sociedad.

He tenido la oportunidad de intervenir con vecinos tanto del barrio como del residencial, en conflictos ocurridos entre todos los actores de las familias y entre vecinos. Dentro de los familiares han descrito que sus hijos no quieren colaborar en los oficios del hogar, que solo están pendientes al celular, a las redes y a los artistas.

Indican que para llamar la atención han tenido que tomar medidas catalogadas por estos como drásticas. Encerrarlos en sus habitaciones, quitarles el celular, no pagarles el internet, etc. Pero en relación a la pareja, que hace tiempo están conviviendo en el apartamento, pero en habitaciones separadas por diferencias entre estos, han tenido que ser más tolerantes. Ya que están las 24 horas en el mismo techo.

Señalan que antes él o ella se retiraban a sus labores, familiares o relacionados hasta llegar la noche. Que por esa razón, no tenían enfrentamientos, peleas y discusiones agrias. Pero ahora, todos los integrantes de la familia tienen conocimientos del clima tenso de sus padres. Eso les preocupa. Ya que no existe un espacio fuera de la casa en donde estos puedan buscar ayuda a sus conflictos. Esperamos que no ocurra ninguna desgracia y que la sensatez y madurez se apodere de ellos y ellas.

Los Centros de Mediación, los comunitarios de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional y los servicios de la oenegés  Casa de Justicia; en la actualidad están acogiéndose a las decisiones tomadas por las autoridades.

Recordarles que somos seres humanos y que podemos razonar y aprovechar este tiempo de pandemia-recogimiento en la casa; para reflexionar sus diferencias como una oportunidad como pareja, como padres  y personas.

Además, recordar como padres tienen a sus hijos e hijas en el hogar. Podrían aprovechar para verse todos en la mesa compartiendo: comida, desayuno, cena o merienda. Estos escenarios puede ser la oportunidad de sus vidas. Son espacios para alimentar el cuerpo, que pueden muy bien, ser oportunos para comunicar preocupaciones, sentimientos y tal vez, para compartir la biblia en las lecturas del día.

También, pueden realizar como estrategia, llamar bajo videoconferencia a una persona experta en sus situaciones (terapeutas, sociólogos, mediadores, conciliadores, líderes religiosos, amistades u otros), para que les escuchen y les guíen en sus controversias y posibles consensos.

En relación a los conflictos comunitarios, vecinales, de condóminos o residenciales; entiendo que una salida prudente es compartir. Ser creativos en las relaciones humanas entre cada integrante de la comunidad.

En donde cada miembro-miembra actué en consonancia con las circunstancias actuales. Que el-ella, adulto o joven, se den el abrazo de la concordia y entendimiento. En que cada integrante de la vecindad sea como una familia, que a pesar de sus diferencias se dan la ocasión para reencontrarse y visualizar mejor comportamiento en su entorno.

Recuerden que el entorno es sumamente importante para nuestros hijos e hijas. Ellos y ellas ven en los adultos los ejemplos de la vida. Mal haríamos como adultos, no razonar antes de actuar ante una situación incómoda con el vecino o vecina.

En conclusión, en esos dos grupos que denomino trascendentales en la sociedad (familia y vecindad), tienen el compromiso de aprovechar esta calamidad (coronavirus) covid-19, en donde el país inicio, el primero de marzo con un extranjero europeo (Italia). Para solucionar las diferencias que entiendo, son para mi ficticia. Con la aclaración, que no quiere decir, que no dejan de ser importante para la persona que la posee.



Alexis Rafael Peña Céspedes

Periodista, abogado y mediador certificado.